
A días de la votación en el Senado brasileño por proceso de impeachment (juicio político) contra Dilma Rousseff -que ya obtuvo la aprobación en la Cámara de Diputados-, Joaquim Piñero del Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra (MST) dialogó con Radio Gráfica. En un contexto de importancia histórica en Brasil, denominado de golpe blando o golpe institucional, el referente social analizó la situación política local, regional y de los movimientos populares.
¿Cómo analizan que se definirá el proceso de impeachment contra Dilma en el Senado?
«Sobre el proceso de impeachment en el Senado evaluamos que el Gobierno no tiene la correlación de fuerzas suficientes. El 12 de mayo por mayoría simple, es decir, con 41 senadores, ya se avanza el proceso y la presidenta tiene que dejar el cargo por seis meses (…) Lo que vamos a hacer es empezar un proceso de presión en la calle en contra del Senado».
¿Qué significa que Dilma y el Partido de los Trabajadores (PT) salgan del Gobierno?
«La oposición y la derecha vienen atacando al gobierno de Dilma. De hecho la situación de la economía en Brasil no está buena y es un reflejo del sistema capitalista a nivel mundial (…) Pero también hay un elemento político. Se están mirando las próximas elecciones de 2018, en las cuales Lula sale con mucha ventaja. Entonces quieren atacar no sólo a Dilma, sino a Lula, al PT y a todos los movimientos de izquierda y populares. No tengamos duda de que después de la derrota del PT los sectores de derecha van a avanzar para atacar a los movimientos populares».
¿Cómo se organizan los movimientos populares?
«Estamos buscando cada vez más construir una alianza de distintos sectores. Estamos organizados en un espacio importante, el Frente Brasil Popular. Allí hay movimientos populares del campo, obreros, sindicatos, estudiantes, jóvenes, mujeres, pastorales sociales, partidos de izquierda. Logramos construir un espacio importante desde el año pasado para analizar la situación y planificar acciones conjuntas, en la calle y actividades políticas. También hay otro frente, el Pueblo Sin Miedo, ahí está también el Movimiento de los Sin Techo (MTST). Estamos juntos en varias actividades.
Además de las acciones en la calle, estamos discutiendo un plan más inmediato para presentar a la presidenta en los próximos días para la salida de la crisis. Y principalmente para volver al crecimiento del país (…) También tenemos la discusión sobre las reformas estructurales que el país necesita. Estamos esperando que este plan más inmediato pueda ser objeto de debate entre las distintas fuerzas de la sociedad».
¿Cómo analizan los asesinatos de miembros del MST en este contexto?
«Los asesinatos de dos compañeros del MST en los últimos días en el estado sureño de Parana están dentro de este contexto de represión a los movimientos populares. La policía de los estados las comandan los estados. Ellas actúan a partir de una acción de gobiernos más a la derecha, como es el caso del Estado de Parana, un gobierno del Partido de la Social Democracia Brasileña (PSDB). El mismo partido de Fernando Enrique Cardozo, durante el cual hubo una masacre en el Estado de Pará, la masacre de El Dorado Dos Carajas. Allí asesinaron a 20 compañeros (…) El PSDB son históricamente enemigos de los sin tierra (…) Son contrarios a las luchas de los movimientos populares (…) Esto también es parte de un proceso de lucha por la tierra y la reforma agraria en Brasil. Hay innumerables casos de impunidad. La justicia no avanza cuando hay que juzgar a los terratenientes latifundistas».
¿Hay una restauración conservadora en América Latina?
«Hay una burguesía que quiere volver al tiempo del neoliberalismo, porque es la forma más rápida de avanzar en la explotación. Hay un movimiento importante de quiere que nuestros países vuelvan a una alianza más carnal con Estados Unidos. Eso sabemos que está pasando (…) También influye el factor de que muchos de nuestros países viven principalmente de la exportación de nuestras materias primas (…) y los países centrales que son los principales consumidores, al estar en crisis, bajaron las compras y eso afecta.
Aunque tengamos gobiernos más progresistas, si no se cambian las estructuras, esto no se resuelve (…) En Venezuela todo un proceso de inversiones a nivel social basado en la economía rentista del petróleo, ahora entra en crisis. Así como el sistema social de Brasil basado en exportación de commodities, también entra en crisis. Lo mismo en Argentina. Y es el momento que los sectores políticos aliados a la burguesía ven para dar el golpe, cambiar el gobierno y volver al modelo que ellos imaginan debe ser. Desde nuestra evaluación, acá en Brasil quieren volver al neoliberalismo. Por eso tenemos que luchar con todas las fuerzas para que ese proceso no avance».
UA / GF / RG