Desastre ecológico en el Amazonas. La polémica instalada. ¿Cuales son los intereses económicos que están detrás de esto?
En los especiales de Radio Gráfica entrevistaron a Arturo Avellaneda, director de permahabitante.com.ar, especialista en temas de medio ambiente. Vale considerar su análisis, fundado y filoso.
Entrevistado por Gabriel Fernández, el especialista analizó: «El conflicto tiene más de veinte años. Los habitantes de la espesura amazónica lo vienen planteando desde 1998. Los grandes negociados buscaban grandes plantaciones desplazando la flora autóctona y la población al estilo estancia argentina. El proceso de quema, desforestación y persecusión es inmensa»
«El proyecto es quedarse con todo. Nada de flora y fauna. Cuando se agote el suelo no quedará nada. Ni esperanzas en Amazonas«.
Avellaneda expresó que durante el gobierno del PT se creó un ministerio de Medio Ambiente por el cual se salvaron grandes zonas del Amazonas: «Zonas de la amazonía profunda, linderas con Bolivia y Perú. Por su parte, las zonas mas profundas del bosque amazónico quedaron intactas».
Con Jair Bolsonaro las cosas cambiaron: «Esta es temporada de incendios, no de sequía como dice Bolsonaro. Le están dando paso a un proceso de sojización. Estamos hablando de apropiación. Algo similar a lo vivido en nuestro país con el Chaco salteño. La tierra quedó en mano de los Caputo, Calcaterra y Macri»
«La cuestión mundial tiene que ver con el espacio vital, como decía Adolfo Hitler. La expresión de sensibilizar sobre el conflicto, no por el destino y dignidad de las comunidades amazónicas, sino abogar por el cambio climático no es prioritario. Los océanos captan más carbono que toda la foresta junta por una cuestión de superficie. Pero el problema es el habitante, no el clima».
Para explicar las prioridades, Arturo Avellaneda brindó un curioso ejemplo: «Se quema la casa y me preocupo por el humo, eso es lo que estamos viviendo. Se hace foco en lo secundario y no en el derecho a habitat. Salir a intervenir en este relato que es la apropiación más capitalista e insensible».
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