Por Valeria Rodrìguez*
El 10 de agosto iniciaron una serie de incendios en la Amazonia brasileña que ya llevan destruidos al menos 500 mil hectáreas de selva, además de afectar a tribus originarias de la zona y animales autóctonos.
La selva amazónica es uno de los pulmones del planeta, su suelo y vegetación contienen aproximadamente una cuarta parte de todo el carbono del mundo que se almacena en la tierra.
En los últimos años los científicos sostuvieron que por la tala de árboles se redujo la capacidad de absorción, a esto se le suma el grave incendio en la Amazonia que aporta otra complicación más al calentamiento global y los cambios climáticos que afectan directamente al ser humano.
En octubre del año pasado el portal Bloomberg publicó una nota donde da cuenta de los intereses por la explotación minera del, en ese entonces, candidato a Presidente Jair Bolsonaro, en la misma habla de su intención de impulsar acuerdos con las mineras transnacionales para explotar el grafeno que es un mineral utilizado en los paneles solares y el niobio, que da más resistencia al acero, curiosamente los dos minerales se encuentran en la Amazonía que cuenta con una vasta legislación en al menos seis categorías: Agricultura, Energía y Minas, Leyes Forestales, Leyes Generales del Medio Ambiente, Poblaciones y Territorios Indígenas, y Áreas Protegidas.
La ley 11.959 que regula la actividad pesquera entre otras cosas sostiene que está prohibida la utilización de materiales que afecten el agua como es el caso de químicos o explosivos que se sabe son utilizados por la actividad minera, además al ser un área protegida que conforma el 30 por ciento del territorio brasileño está prohibida esa actividad.
Ahora bien, lo que sostiene Bolsonaro es que hay un gran potencial en la zona, lo cual causó una fuerte crítica por parte de ambientalistas y parte de la comunidad internacional. En julio de éste año, Bolsonaro, ya presidente, alentó la minería artesanal en la zona del Amazonia, a pesar de ser ilegal, en el marco de la desaparición y posterior asesinato de un líder indígena, en ése momento había sostenido que las reservas indígenas «están impidiendo el desarrollo de los negocios del país, pues Brasil vive de materias primas» dijo Bolsonaro.
«Mi intención es regularizar la minería, legalizarla, incluso para el indígena, que tiene que tener derecho a explotar minerales en su propiedad. La tierra indígena es como si fuera su propiedad”, expresó Bolsonaro, además criticó a las organizaciones no gubernamentales diciendo que «Las Ong y otros países quieren que el indígena continúe preso en un zoológico como si fuese un animal prehistórico».
Durante la etapa de Lula se llevó adelante una política de preservación muy fuerte y en varias oportunidades Bolsonaro, que formaba parte del Congreso intentó impulsar leyes en favor de las mineras transnacionales que no prosperaron.
Además del tema de la minería está la importancia de las tierras de los “Waipi” que son uno de los pueblos que habitan la Amazonía e incluso cuentan con legislación que asegura que sus tierras son propiedad ancestral y el acceso de terceros está regularizado, lo cual por supuesto es otro escollo más para Bolsonaro.
Por otra parte, organismos oficiales y organizaciones ambientales alertaron varias veces sobre la deforestación pero Bolsonaro llegó a cuestionar los datos oficiales que incluso mostraron un aumento de 88 por ciento en junio, en comparación con el mismo mes del año pasado y considera que existe una «psicosis ambiental» en torno a la protección de la Amazonía, de hecho varias veces sostuvo que Brasil se irá del Protocolo de París sobre cambio climático pero aún no lo materializó por su interés en el acuerdo entre Mercosur y la Unión Europea.
Brasil al borde de una crisis diplomática
En medio del escándalo de los incendios, Bolsonaro se atrevió a cargar contra Macrón quién sostuvo que el presidente brasileño le mintió sobre su compromiso con el medioambiente durante la cumbre de Osaka en la que se firmó el preacuerdo de la Unión Europea y el Mercosur.
Además Macrón convocó a través de su cuenta oficial de Twitter a los miembros del G7 para «hablar de esta urgencia» en la cumbre de Biarritz prevista este fin de semana.
«Nuestra casa se quema. Literalmente. La Amazonia, pulmón de nuestro planeta que produce 20 por ciento de nuestro oxígeno, está en llamas. Es una crisis internacional. Miembros del G7, cita en dos días para hablar de esta urgencia», escribió el jefe de Estado francés en. Con estas palabras hacía referencia a una frase pronunciada en 2002 por su antecesor Jacques Chirac: «Nuestra casa se quema y miramos a otra parte» escribió.
Macron acompañó su tuit, escrito en francés y en inglés, con una foto de hace al menos 16 años, la cual fue muy compartida en redes sociales en los últimos días para denunciar la situación.
En respuesta a esto, Bolsonaro a través de una emisión en directo a través de Facebook le contestó que «interfiere en su soberanía» dando dinero para preservar la selva, además lo acusó de tener «mentalidad colonialista», por haber convocado a los miembros del G7 para discutir sobre la «crisis» generada por los incendios en la región amazónica.
Sus funcionarios no tardaron en salir a apoyar sus dichos, «No podemos ser ingenuos», afirmó el ministro de la Presidencia brasileño, Onyx Lorenzoni,dijo. «Los europeos aprovechan el asunto del medioambiente para imponer barreras al crecimiento y al comercio brasileño de bienes y servicios». «La sugerencia del presidente francés, de que asuntos amazónicos sean discutidos en el G7 sin participación de los países de la región, evoca una mentalidad colonialista fuera de lugar en el siglo XXI», escribió el mandatario en Twitter. En otro mensaje, el presidente ultraderechista lamentó que «Macron busque instrumentalizar una cuestión interna de Brasil y otros países amazónicos» y denunció «el tono sensacionalista con el que se refiere a la Amazonía», usando además «fotos falsas».
Los dichos del empresario devenido en Presidente así como su troupe de Ceos no hacen más que gestar un futuro conflicto diplomático. Su desinterés por la diplomacia e incluso por el planeta entero llevaron a que la Onu interviniera pidiendo proteger la Amazonía luego de que Bolsonaro denunciara una «psicosis ambiental» promovida por Ong s contra los intereses de Brasil.
(*) Co-conductora de Feas, Sucias y Malas