La polémica en torno al uso medicinal del cannabis es un tema atravesado por la desinformación y los prejuicios. Carlos Magdalena, médico neurólogo del Hospital de Niños, conversó en el aire de Patria Grande Latinoamericana sobre los mitos y verdades de la cuestión. Una entrevista diferente.
En diálogo con Gabriel Fernández y Jorge Thierbach Magdalena comenzó por sostener que “el derecho al uso terapéutico del cannabis se ha instalado en la sociedad argentina como un derecho transversal. Es un reclamo muy fuerte que se instaló desde 2014 e hizo una fuerte aparición en 2016. La cuestión de la cultura cannábica y su utilidad terapéutica viene desde hace mucho tiempo. Hay evidencias en todo el mundo de su uso terapéutico, pero se lo marginó de la discusión por un estigma cultural de muchas décadas. El de las drogas es un tema complejo y difícil, pero nosotros hablamos de una cuestión de salud pública, y de la calidad de vida de las personas de todas las edades. Hace mucho que se está pidiendo la recategorización de la sustancia del cannabis, sacarla de la lista de hipótesis de conflicto del narcotráfico por su peligrosidad, y ponerla en la lista de sustancias potencialmente terapéuticas”.
El entrevistado también afirmó que “el argumento de que sirve como puente a otras drogas no es verdad. El paso es el dealer, el efecto góndola. Mientras haya mercado negro, ilegalización y penalización del consumo personal, la gente va a recibir de parte de los vendedores el mensaje que de no hay cannabis disponible pero sí hay otras drogas. Hace falta una política pública y democrática. Habría que ver cómo se daría la venta regularizada por el Estado. Se puede cumplir con la ley 27.350, que establece ofrecer variedad de todos los productos de cannabis en los hospitales públicos y en los servicios de salud contra receta del profesional que indique el tipo. Pero esto no se podrá hacer mientras figure en la Lista 1 de sustancias peligrosas. También se puede legalizar y regular el autocultivo para que sea seguro, legal, gratuito y de excelencia. Además, el autocultivo es la única manera de acceder a la sustancia terapéutica. Con la ilegalidad, solo se puede acceder importándola para un tipo de genéticas y para una sola patología, la epilepsia refractaria, cuando tienen múltiples usos posibles”.
Finalmente Magdalena indicó que “la criminalización se debe, en mi opinión, a un conflicto de intereses entre la industria farmacéutica, porque un paciente que consume más drogas compra menos remedios. Lo que da más dinero no es la salud sino la enfermedad. Es penoso que haya que decirlo, pero el consumo de droga rinde millones de dólares. La farmacéutica es la industria que más dinero mueve junto con la bélica y la petrolera”.
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