Así lo expresó Víctor Lupo, referente del Movimiento Social del Deporte, impulsor de la Actualización de la Ley del Deporte, presentada ayer en el Congreso de la Nación.
Entrevistado por Carlos Aira en Desde el Barrio, Lupo dio cuenta de su felicidad «por una proyecto que ha sido debatido por el pueblo. Fuimos recorriendo todas las provincias en distintos foros que permitieron que este proyecto sea una realidad próxima a ser tratada en comisiones, y tengo confianza que antes de fin de año la actualización de la Ley del Deporte sea una realidad, junto a la creación del Ente Nacional de Desarrollo Deportivo».
Lupo agregó: «Esta es una actualización de la ley creada por el General Perón y votada en 1974. Una muy buena ley que se actualiza en un momento histórico. Es el reconocimiento a nuevas manifestaciones del deporte, una re-adecuación a los estatutos de las asociaciones civiles deportivas, para que los dirigentes nacionales no se conviertan en virreyes imperiales de corporaciones que ven el deporte como un negocio. También genera un nuevo marco provisional impositivo para las asociaciones civiles. Esos son los temas centrales junto a algo fundamental: la federalización del deporte y su participación a través de los consejos municipales, regionales y nacionales. Estos pasarían a tener una preponderancia similar a la época que fueron creados por Perón. Otro tema es que cambiaría la Secretaría de Deporte por un organismo descentralizado llamado Instituto Nacional del Deporte y la Actividad Física. No habrá más un Secretario, si no un directorio que resolverá en asamblea el deporte argentino».
Consultado sobre una posible constitución de un Ministerio del Deporte, Víctor Lupo creo que no es necesario: «la clave del peronismo deportivo – la época dorada del deporte argentina – fue la masificación deportiva en la comunidad. Casi un tercio de la población practicaba deporte. No existía Dirección ni Secretaría del Deporte. Se trabajaba entre el Ministerio de Educación, la Confederación Argentina del Deporte y la Fundación Eva Perón. Era algo colectivo donde se llegaba hasta el último rincón de la patria. Fue el golpista genocida llamado Juan Carlos Ongania quien, en 1968, creó la Secretaria de Deportes. Peron no pudo eliminarla pero creo el Consejo Nacional del Deporte, un organismo superior para que le dicte políticas al Secretario. Esto que estamos haciendo ahora es volver a las fuentes. No estamos inventando nada. Es la participación popular logrando que el deporte se masifique. Yo creo en la democracia orgánica y directa. No es necesario poner un Ministerio para que te diga que si o no. El Instituto aceptará lo que digan las mayorías».
Otra de las novedades del proyecto es la creación de la Asignación Universal del Deporte. Víctor Lupo reconoció la valentía del diputado santacruceño Mauricio Gómez Bull (FPV) al «impulsar el proyecto a pesar de los ataques de Clarín y La Nación. Ellos discuten con títulos porque no conocen el proyecto«. Consultado sobre el mismo, Lupo remarcó: «Dos millones de chicos van a ingresar a practicar tres veces por semana deportes en los clubes. A través de los fondos de cánones deportivos. Este es el punto central de todo este trabajo, aparte que podamos revivir a los miles de clubes de todo el país. El mismo se financiará con impuestos del 0,45% al tabaco, bebidas gaseosas y el alcohol».
Lupo también reconocio al cura villero Pepe Di Paola: «que permitió visibilizar desde su lugar, la necesidad de incluir definitivamente a los más necesitados con el deporte. Después, esos medios hablan de inseguridad, pero estas son las políticas necesarias para erradicarla«.
Finalmente, siendo 16 de septiembre, a 60 años del derrocamiento del General Juan Domingo Perón, Victor Lupo dio cuenta como fue mellada la cultura deportiva argentina desde ese día: «Ese día maldito comenzó la persecución a deportistas por 99 años. Le cortaron el camino a tantos deportivas. Se le prohibió la participación de los juegos olimpicos de 1956. En Mary Terán de Weiss está simbolizada la persecución que se profundizó en 1976 con deportistas desaparecidos como Miguel Sánchez».
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