Por Omar Zanarini *
La operación se repite. En nombre de la libertad, de la democracia y de la República hacen Golpes de Estado, y son muchos los sectores permeables a la moralina golpista. Esta semana se cumplieron 60 años del Golpe de Estado contra Juan Domingo Perón, y en nombre de la libertad y la democracia se derrocó a un gobierno popular que había ganado con el 62% de los votos. Y hoy hubo un Golpe de Estado en la provincia de Tucumán. Con las características de lo que Stella Calloni denomina «golpes blandos», que no es ni más ni menos que la utilización de alguno de los aparatos del Estado y su burocracia para atentar contra un gobierno legítimamente electo. En éste caso, la encargada fue la “justicia”.
Valga una comparación tendenciosa, pero cuyos axiomas masomenos se ajustan a la idea. Es como que habiendo sido electo delegado de fábrica te rajen antes de asumir y que el ministerio de trabajo falle a favor de la patronal. Y chau pichi.
Como si la semana política hubiese sido orquestada por «Kaos», la organización del desorden es sin duda un plan de requetecontra espionaje. Pero el NiembroGate, como lo llamó la prensa, duró hasta su renuncia la candidatura provincial por Cambiemos. Rápidamente se montó otra operación que pre-anuncia lo que serán las próximas elecciones nacionales, donde sin duda – hoy 16 de septiembre – da por ganador en primera vuelta a Daniel Scioli, están gritando «fraude».
Quizás me hubiese gustado preguntarme un poco de cómo es que se filtró toda la corruptela de Niembro, si fue una opereta de Larreta o si es como la cuentan algunos, que una mujer despechada es capaz de cualquier cosa hasta de vengarse de su ex filtrando documentos que hacen peligrar la campaña de Mauricio Macri. Pero eso ya es noticia vieja. Y Perfil y La Nación salieron rápidamente a corregirle el rumbo a Duran Barba, el gurú, pidiendo a los gritos que Niembro se Baje. Sabemos que Niembro fue victima y parte de una corruptela que no solo mancha la gestión del candidato de la derecha, sino que también expone una forma en que la política se financia. Con esa moralina, Macri pierde, Vidal pierde y «cambiemos» sería más de lo mismo. Aunque sabemos que lo es. Una moralina que no dejaron madurar, y salieron con otra operación que, al igual que con lo de Nisman, seguramente la tenían preparada.
Pero repasemos. El pasado 23 de agosto se realizaron las elecciones en la provincia de Tucumán, donde el kirchnerismo obtenía una diferencia contra el candidato radical, José Cano, de unos 15 puntos. Recordamos que esos comicios que se vieron manchados por la quema de urnas, actos vandálicos, como le gusta decir al cronista de turno, perpetrados por militantes de la oposición. Uno de ellos candidato a comisionado comunal Hugo Alarcón, de Sargento Moya. Sin mencionar que antes de que se realicen las elecciones aparecieron las operaciones de prensa que ya prenunciaban «Fraude». Otra moralina que tenía por objeto sensibilizar a la población e instalar en la agenda tres ideas o profecías que los medios se encargan de autocumplir.
La primera, que éste gobierno, lease el kirchnerismo, es incapaz de llevar adelante y con transparencia una elección provincial; que la oposición entera está «unida» en defensa de la república; que éste gobierno es capaz de cualquier cosa con tal de mantener el poder. Tras la quema de urnas, vino la marcha gorila que copó las escalinatas de la casa de gobierno de Tucumán; y luego la innecesaria represión de la policía tucumana. Es la sabia desorganización del caos, podríamos decir.
Luego de casi un mes de las elecciones, hace dos días, se conocieron los resultados finales de las elecciones en Tucumán. Ganó Manzur, el candidato del FPV, el candidato del gobierno, por una diferencia de casi 12 puntos, contra el candidato radical Cano. Con el recuento de votos se caía la opereta del fraude. Y el jueves a la noche el pueblo tucumano salió a celebrar el resultado de los comicios. Miles de hombres y mujeres salieron a la calle a celebrar su voto. Hoy, quizás, tendrán que salir nuevamente a defenderlo.
Pero los cultores de la ignominia tenían un as bajo la manga. Y la justicia oligárquica está siempre a la orden para interponer una medida que atente contra la voluntad popular. Ya nos paso con la ley de medios. Y ahora, ejecutan un golpe de estado desde la justicia. Sin duda hay que estar alertas y movilizados, por que en su sabia organización del caos, el que pierde es siempre el pueblo.
(*) Abramos la Boca – RGTV / Radio Gráfica
OZ/GF/RG