La localidad correntina de Concepción del Yaguareté Corá está atravesada por la creencia popular de “La Pilarcita”, una nena que perdió la vida trágicamente al intentar rescatar a su muñeca de entre las ruedas de una carreta. Todos los años más de mil personas transitan el polvoriento camino que conduce al santuario de Pilar Zaracho y le dejan muñecas como ofrenda.
La directora y dramaturga María Marull tomó la leyenda de la santa niña para contar la historia de Selva, una elegante mujer que, en un acto de desesperación, se traslada con su pareja a tierras correntinas. La Pilarcita es una obra de teatro que apela a las costumbres y al culto popular en una narración que es tan profunda como conmovedora
Las escenas transcurren en un humilde hotel llevado adelante por dos amigas, Celina y Celeste. Una formal y conservadora. La otra, festiva y alegre. Personajes contrapuestos que le brindan humor a un relato que, entre líneas, deja entrever el dolor que implica atravesar la enfermedad terminal de un ser amado.
El tereré, las siestas eternas, la guitarra criolla de un vecino amigo y el porte de una mujer de ciudad muestran el contraste y la diversidad de una festividad que tiene a la fe como punto en común. Las caravanas, los bailes y los agradecimientos, pero también las lágrimas y las plegarias en una procesión repleta de muñecas.
La obra se presenta los sábados a las 20 en el Camarín de las Musas (Mario Bravo 960)
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