Por Carlos Aira (*)
Fin de año soñado para Independiente, campeón de la Copa Sudamericana 2017. Los rojos de Avellaneda volvieron a alzar una copa internacional luego de siete largos años, que incluyeron aquel descenso a la B Nacional en 2013.
Estos son otros tiempos. Un club ordenado bajo la conducción de Hugo Moyano y que encontró en Ariel Holan el entrenador que logró plasmar la mística de un club que había rifado su grandeza en las últimas décadas. Lo demostró en el mítico Maracaná carioca. Independiente tuvo una actitud extraordinaria. Se sobrepuso al gol en contra – como sucedió en el Libertadores de América – y logró el resultado que le permitió reecontrarse con la gloria.
Un equipo sólido. Como todos aquellos – salvo la excepción de 2010 – que cimentaron la gloria copera del Club Atlético Independiente. Martín Campaña continuó la tradición de grandes arqueros orientales, iniciada por Jorge Fossati, Carlos Goyén y sostenida tiempo después por Eduardo Pereira. Un gran acierto de Holan fue reposicionar la defensa. Nicolás Tagliafico brilló como zaguero central. La llegada del vasco Fernando Amorebieta brindó dureza y juego aéreo. La aparición del pibe Fabricio Bustos tal vez haya sido – junto a Lautaro Martínez – las mejores apariciones del fútbol argentino en 2017.
En el medio, Diego Rodríguez – que no había rendido desde que llegó al club en 2015 – se convirtió en la rueda de auxilio de Juan Manuel Sánchez Miño y de una pequeña sociedad – que si bien no está a la altura de Bochini-Bertoni o Gustavo López-Rambert, ya tiene lo suyo en la historia del club. Porque Ezequiel Barco y Maximiliano Meza sacaron chapa de enormes jugadores en esta Sudamericana. Arriba, Emanuel Gigliotti demostró que no está perdido, a pesar del destierro chino por no convertir un penal.
Pero la clave es Ariel Holan. El entrenador de casi 58 años, surgido del mundo del hockey, fanático de Independiente. Tomó la dirección técnica en enero de 2017, luego de la salida de un ídolo como Gabriel Milito. Conocedor profundo de la gloria copera y el paladar negro, se reunió con aquellas viejas glorias que le dieron nombre al estadio. Entrevistado en Abrí la Cancha, Francisco Pancho Sa comentó: «nos dio una participación al Chivo [Ricardo Elbio] Pavoni, a [Miguel Ángel] Pepé Santoro, a todos los que estamos trabajando en las inferiores de Independiente a conversar e intercambiar puntos de vista. Incluso estuvimos en su laboratorio y nos contó que les muestra jugadas de otros partidos de Independiente a los jugadores, comparando y hablando siempre de nosotros los ex jugadores. Nos sentimos orgullosos y halagados de que así sea. Tiene una idea clara, sabe lo que es Independiente, es hincha y conoce la historia. Tiene la audacia de hacer correcciones en el equipo y eso es muy bueno, porque Independiente ha cambiado su cara y está haciendo partidos muy buenos. No podía ganar de local y lo logró en forma contundente contra nuestro clásico rival. Trabajo hace doce años en las inferiores del club y nunca un director técnico nos había dado este lugar”.
Holan instaló el viejo saludo copero. Como en 1964. Jugadores caminando hacia el círculo central, formados en fila y el capitán alzando primero los brazos. Como lo inició Jorge Maldonado. Allá por 2005, ese periodismo que enferma y distorsiona, ante dos triunfos seguidos del equipo dirigido por Julio César Falcioni se mofaba del histórico buen gusto futbolero de los hinchas, dando cuenta de que eso era parte del pasado. Que el presente era ganar como sea. Así le fue a Independiente.
En este 2017, Independiente jugó 41 partidos oficiales (Campeonato de Primera División, Copa Argentina, Copa Sudamericana). Ganó 22 partidos, igualó 13 y perdió sólo 6. Independiente se reencontró con Independiente.
El fútbol argentino, agradecido.
(*) Conductor de Abrí la Cancha / Colectivo de dirección de Radio Gráfica
