Alan Szalai, becario doctoral del Conicet e integrante de Jóvenes Científicos Precarizados, fue entrevistado en Punto de Partida para conocer la situación en el Ministerio de Ciencia y Técnica, donde los científicos y becarios del CONICET mantienen una toma pacífica del hall del edificio.
Szalai informó que «la ocupación es para reclamarle a las autoridades del ministerio que nos reciban porque el conflicto que se cerró en diciembre y que implicó la toma por cinco días del ministerio, terminó con un compromiso que no se está cumpliendo. Los plazos del mismo terminan a fin de septiembre por lo tanto nos vimos forzados a hacer una medida que pusiera el conflicto en agenda. El ministro Lino Barañao dice que mientras mantengamos esta medida no hay diálogo posible. Es la misma actitud que tuvo en diciembre, pero desde ese momento nosotros apostamos a conversaciones que no fueron tales. En cada instancia propuestas para conseguir las mejores condiciones para los compañeros y las compañeras. Todas fueron ninguneadas y en la reunión siguiente estábamos en peores condiciones. La herramienta de la toma nos permitió ser escuchados, y vamos a mantenerla hasta que nos reciban y la propuesta de la reunión nos satisfazga«.
El entrevistado también detalló que «la reubicación en distintas universidades que se nos propone encubre un recorte brutal. Quitarle un 60% de sus ingresos y distribuirlos en las universidades de por sí implica un desmantelamiento del CONICET. No estamos en contra de que se haga investigación en otras instituciones pero el problema que aparece es que no están dadas las condiciones para que se vuelquen todos los doctores y doctoras a trabajar fuera del CONICET. Ni siquiera estamos sosteniendo el reclamo de máxima, que los compañeros ingresen a la planta permanente de la institución, sino que de ingresar a universidades sea con las mismas condiciones de contratación del CONICET«.
Finalmente Szalai indicó que «Barañao suele decir que los científicos deberían ir al sector privado. Es una propuesta que solo se puede empezar a hablar si hay un proyecto de país que impulse la industria especializada y tecnificada como científicos. En las condiciones de hoy esa frase implica favorecer a las empresas multinacionales que son las únicas que pueden tener algún tipo de área de desarrollo científico. Pero además no es real porque la oferta es muy acotada. Estas empresas en general tienen sus instalaciones en otros países. Con lo cual el único resultado es desmantelar la ciencia argentina, que no crezca nuestro desarrollo científico y eso va a redundar en una mayor traba de nuestro progreso».
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