Alfredo López Rita y Franco Lucietto presentaron en Punto de partida su libro «El No al ALCA, diez años después. La cumbre de Mar del Plata y la integración Latinoamericana reciente», y brindaron algunas reflexiones sobre la política mundial del presente.
Acerca del tema central del libro explicaron que «interesa destacar el episodio por el contexto de la Cumbre de las América en Mar del Plata en 2005. Hay que recordar la presencia del entonces presidente norteamericano George Bush, Lula da Silva, Hugo Chávez, Evo Morales poco antes de ser electo, en una Bolivia que venía de las llamadas Guerras del Agua y del Gas, con renuncias sucesivas de presidentes y vicepresidentes. Fue un punto de quiebre en términos de política regional. Le dio fortaleza a los gobiernos que recién emergían».
En esa dirección ejemplificaron: «Por ejemplo, Jorge Taiana era vicecanciller y coordinador de la Cumbre. Poco después Néstor Kirchner lo nombra canciller. También apuntamos a señalar que la política externa trae beneficios a nivel interno. Aceptar por completo el ALCA significaba desregular nuestra economía».
Consultados sobre la coyuntura actual y las similitudes entre el ALCA y el Tratado Transpacífico opinaron que«se presenta como una nueva versión del ALCA, pero no debemos dejar de tener en cuenta que se conoce poco de su verdadero carácter. Es un tratado secreto que se conoce por wikileaks fundamentalmente. Tiene una vuelta de rosca más relacionada que refuerza su carácter bélico como parte del dispositivo de seguridad de la hegemonía norteamericana contra China. La confidencialidad indica que Estados Unidos tomó nota del fracaso de algo más explícito como era el ALCA».
Finalmente, los entrevistados efectuaron algunas reflexiones sobre el significado y las proyecciones del triunfo de Dondald Trump en las elecciones generales estadounidenses: «Trump patea el tablero de la política norteamericana, rompe los buenos modales. Su programa político de volver a llevar a Estados Unidos las fábricas industriales es alocado respecto al rumbo que venía llevando ese país. Habrá que ver también si lo cumple».
Añadieron que «el dato político que no se puede soslayar es la emergencia de candidatos que no provenían del núcleo orgánico de los partidos Demócrata y Republicano, como Bernie Sanders y el propio Trump. Emergen nuevos estilos de política, en las que se votan estadistas y cuadros políticos, sino que se vota a personajes carismáticos, que son divertidos, que salen bien en televisión. Desde ese punto de vista diríamos que el último liderazgo clásico que queda en el mundo es el de Vladimir Putin.»
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