Los científicos y los investigadores del Consejo Nacional de Ciencia y Técnica (CONICET) junto a los docentes de las universidades públicas nacionales se movilizaron ayer jueves por la tarde al Congreso de la Nación para reclamar la reapertura de paritarias y rechazar la baja del presupuesto educativo y universitario que propone el gobierno nacional para el año 2017.
Las adhesiones al acto provinieron desde los cuatro puntos cardinales de la patria y las trabajadoras y los trabajadores universitarios llegaron encolumnados desde las casas de estudios de la Ciudad de Buenos, el Conurbano bonaerense y la Ciudad de La Plata.
En un improvisado escenario montado sobre la playa de un camión se leyó un documento de unidad que expresa al conjunto de las federaciones que nuclean a los docentes (CONADU, CONADU Histórica, FEDUN), federaciones y centros estudiantiles, y organizaciones que expresan a científicos e investigadores.
Desde el texto consensuado, las organizaciones convocantes denunciaron que “el presupuesto presentado al Congreso de la Nación para el año 2017 prevé un recorte de millones de dólares para el financiamiento asignado a las Universidades, a la ciencia y a la tecnología”, y frente ante esa decisión expresaron el “más enérgico repudio a este ajuste que pretende imponer el gobierno nacional”.
Muchos investigadores llegaron con sus delantales blancos a la zona del Congreso al compás de bombos y redoblantes, otros con carteles hechos a mano que repudiaban la gestión genuflexa del Ministro de Ciencia y Tecnología Lino Barañao, todos con la dramática convicción de que un país colonizado que pretende sustentarse con producción primaria, minería a cielo abierto y la valorización financiera no necesita de la ciencia ni de las universidades donde desplegarla.
Nuria Giniger, antropóloga e investigadora del CONICET, en declaraciones a Radio Gráfica advirtió que “la situación es bastante seria, veníamos de unos años con un gran crecimiento e incorporación de trabajadores y trabajadores al sistema científico público. Ahora el Ministerio de Modernización ‘metió la cola’ y tenemos 400 compañeros esperando que nos den el alta como investigadores de carrera”.
Giniger quien estudió en la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad de Buenos Aires, también señaló: “nos anoticiamos con que el proyecto de prepuesto 2017 presentado disminuye 16 puntos (con respecto al de este año). No alcanza ni para el funcionamiento regular del CONICET. Estamos muy preocupados”.
Por su parte, Tato Miroli, docente de la Facultad de Ingeniería y del Centro Astronómico de la Universidad Nacional de La Plata, Secretario General de la Asociación Docente de esa casa de estudios, destacó en diálogo con Mauro Cavallin “que hay mucha preocupación, pero también una firme determinación de las organizaciones sociales y de los científicos autoconvocados de dar la pelea”.
En otro párrafo, el documento consensuado expresa: “Todo esto tiene que ver con un achicamiento del aparato del Estado que avanza en la privatización y en la comercialización de la educación superior. Quieren revertir diez años, en los que las matrículas de las públicas avanzaron en los sectores más vulnerables para volver a entregarlas a los sectores privados”.
Entre la implementación cada vez más acelerada de políticas que apuntan al desguace del sistema científico-tecnológico, con el deterioro de los salarios, el recorte del presupuesto y la intención manifiesta de plegar el conocimiento y las universidades al capitalismo neoliberal, y la lucha de docentes e investigadores en defensa de su trabajo cotidiano, del derecho de los alumnos a estudiar en una universidad pública y gratuita, está la experiencia y el aprendizaje colectivo de un sector social que a lo largo de la historia no siempre abrazó las causas nacionales y populares; pero que en la última década sintió la dignificación de su tarea y la comprendió como una baza insoslayable de un proyecto nacional.
Con esa convicción resiste desde la calle la andanada neoliberal.
AW / GF / RG
