El periodista Leandro Albani presentó en Punto de Partida su libro «ISIS: el ejército del terror» (disponible en kioskos de la avenida Corrientes o a través de la revista Sudestada), en el que indaga sobre las causas de la aparición y los apoyos externos que recibe el grupo extremista islámico.
«El Estado Islámico apareció hace casi tres años. Si se busca un punto de partida es la invasión de Estados Unidos a Irak en 2003. Esta invasión generó muchos conflictos sectarios y se desarrollaron muchos grupos que resisten la ocupación pero son muy reaccionarios. Y con la Primavera Árabe muy rápidamente esas rebeliones quedaron tapadas por la represión y comenzaron a aparecer estos grupos. El EI es un desprendimiento de Al-Qaeda, que se diferencia por su organización centralizada, su poder territorial y porque trata de establecer un califato, una monarquía, regida por la corriente más reaccionaria del Islam que es el wahabismo, la misma que profesan Arabia Saudita o Qatar», aseveró en el aire de la Gráfica.
«En un principio el califato debía extenderse desde Bagdada en Irak hasta Raqqa en el norte de Siria. La desestructuración del estado irakí produjo un empobrecimiento y una exclusión tan extrema, que muchos musulmanes sunnitas, ante la sangría perpetrada por Estados Unidos, y al no encontrar otras opciones políticas (nacionalistas o de izquierda por ejemplo) buscaron seguridad en identidades como el Islam o las aldeas tribales. El Estado Islámico garantizó una cierta seguridad en esos microambientes, más allá de su ideología reaccionaria según la cual si no hacés las cinco oraciones diarias te matan».
Luego añadió:«Europa hizo mucho para que grupos como el ISIS o el Frente Al-Nusra, que es otra organización terrorista, tengan buena salud. El EI depende principalmente de Arabia Saudita y de Turquía, pero también Francia los ha solventado mucho, canalizando dinero que triangulan los saudíes, cuya historia es financiar a estos grupos. Estados Unidos por su parte trató de mostrarse como un enemigo del EI, pero el gobierno de Obama financia a la llamada ‘oposición moderada’ en Siria, que también es un conjunto de grupos terroristas. Además no hay seguimiento de estos envíos de dinero. ¿Qué funcionario estadounidense demuestra que el dinero no se convierte en armamento? Además ni siquiera son grupos políticos. Están vinculados al narcotráfico y al tráfico de personas. Estados Unidos tiene la capacidad para combatir a este tipo de organizaciones, pero no lo hace a fondo».
Albani también se refirió al papel que juega Rusia y al panorama electoral norteamericano. Sobre la primera opinó que «busca estabilizar la situación porque Siria es su principal aliado en la región, y porque tiene población islámica en su interior, así como países musulmanes en sus fronteras. Por lo tanto apuesta a evitar una situación similar», mientras que sobre lo segundo analizó que «habitualmente se trata de mostrar a los candidatos demócratas como el mal menor. Pero Hillary Clinton es un halcón y una neoconservadora dentro su partido. Por lo tanto podemos decir que Donald Trump sería un gran problema para el mundo, pero Hillary Clinton no se quedaría atrás».
Finalmente Albani desestimó que la Argentina se encuentre en un potencial peligro de verse implicada en esta situación debido al alto grado de integración de la comunidad islámica en nuestro país, aunque no desestimó que a los centros de poder mundial les interese crear brotes de islamofobia.
MG / GF / RG