“No al cierre de los clubes de barrio” fue la consigna del Tercer Congreso Nacional de Clubes de Barrio que se llevó adelante el pasado 24 de mayo en el Hotel Bauen. Antes de comenzar, decenas de chicos bajaban de los micros estacionados sobre Avenida Callao al 300. Allí improvisaron una batucada con bombos y redoblantes, que dio calor a la fría noche porteña.
Participaron no sólo clubes de la Ciudad de Buenos Aires y todo el conurbano, sino que hubo delegaciones que viajaron desde Santa Cruz, Misiones, Santa Fe, Mendoza, Entre Ríos, Tierra del Fuego y de distintas partes de la provincia de Buenos Aires, como Mar Chiquita y Carmen de Patagones. Luego de los intercambios se resolvió hacer una movilización el próximo 7 de junio y realizar las actividades de los clubes en la vía pública.
Martín Giménez del Polideportivo Vías del Sur de Avellaneda, quien hacía pocos días había visitado Radio Gráfica, explicó desde el Bauen: “Se vino a discutir lo que venimos peleando hace 7 años, estamos acá para que la ley de Promoción de los Clubes de Barrio y de Pueblo se haga efectiva. Los clubes estamos pasando por una situación muy grave que no podemos combatir sin la ayuda del Estado y sin poner en acción la ley que votaron todos los diputados”. Al mismo tiempo marcó: “Hay gente de muchos lados y también chicos que están luchando por un club nuevo. Tienen el predio, pero necesitan la personería jurídica (…) luchamos para que ellos sean respetados como todos los clubes de barrio”.
Entre los ejes del debate durante el Congreso estaba la implementación de la mencionada Ley 27.098 y la fuerte problemática de los tarifazos. Tal como fue explicado en el encuentro, son 20 mil los clubes de barrio que hay en toda la Argentina y menos de 4 mil pudieron ingresar por internet al registro de clubes impulsado por el secretario de Deporte de la Nación, MacAllister. Quien también anunció que sólo 600 instituciones estarían en condiciones de cobrar la tarifa social. “¿Qué hacemos con las otros 19.400 clubes?”, criticaban fuertemente desde el escenario en el Bauen.
Jorge Javier Serrano del Club Manuel Belgrano de Solano declaró: “Estamos acá porque no queremos que nuestros clubes cierren. Necesitamos una tarifa social (…) la cantidad de luz y agua que nos viene implica 10 o 20 pelotas menos, implica no tener pecheras. Cuando alguien está en crisis corta el cable y la cuota de socio de club. Eso para nosotros es grave porque no podemos subsistir. Hace un año se voto la ley por unanimidad. Queremos que se cumpla para seguir adelante con nuestros clubes”.
“Nosotros ya pasamos las discusiones de los 90. Luego, en el 2001, los clubes de barrio fuimos el eco de las demandas de la sociedad, fuimos muchas veces clubes de trueque”, dijo Cristian Font de la Unión Nacional de Clubes de Barrio. Por su parte, el presidente de esa Unión, Claudio Rial, en diálogo con la FM 89.3 expresó: “Ahora tenemos un problema que nos descolocó, calculá que de pensar en que los clubes crezcan, ahora estamos pensando en cómo no cerrarlos”.
Algunos de los clubes mencionados participaron del programa Feos, Sucios y Malas para hablar sobre su situación. Allí estuvo también Iris Pardal, la presidenta del Club Juventud Unida de Llavallol, club donde se grabaron escenas de la famosa película Luna de Avellaneda: “El club se mantiene solamente con la cuota social, que en nuestro club es de 40 pesos (…) Estuvimos trabajando todo el 2015 cambiando bombitas por bajo consumo, tratando de ver que la cañería de la luz estuviera bien, que no hubiera pérdidas. De abril de 2015 a abril de 2016 bajó nuestro consumo pero se multiplicó por tres la factura. Aún no la pudimos pagar”.
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