
Por Lucas Molinari *
Se trata de la secundaria 1 del distrito escolar 20, en el barrio Piedrabuena. El edificio se inauguró en 2012 y todavía no tiene la habilitación de la Ciudad. Porque no está terminada, no tiene el «final de obra». Tampoco tiene gas, como tantas otras escuelas porteñas. Luego de muchas protestas de la comunidad educativa lograron que el gobierno porteño ponga placas eléctricas, que necesitan de un costoso generador a gasoil para darle energía durante los meses de frío, ya que la instalación de la escuela no aguanta. Además no tiene «vidrios seguros» y hay una escalera de hormigón que se está hundiendo. Esta grave situación edilicia no impide que Horacio Rodriguez Larreta y Soledad Acuña sigan haciendo marketing sobre la «escuela del futuro», mientras esta secundaria con orientación en «artes audiovisuales» no cuenta con computadoras. ¿Es insólito o costumbre en el sur de la Ciudad?
Fernando Basso, director de la escuela, dialogó con Radio Gráfica y contó que la institución históricamente funcionó como un colegio nocturno con orientación en «economía y administración». Durante 25 años compartió edificio con una primaria y a partir de 2012 se logró por ley que se construya un edificio propio, para así sumar el turno mañana con orientación en «artes audiovisuales».
«Desde que se inició la construcción hubo graves problemas de infraestructura», contó Basso que además tiene un conocimiento específico para hablar del tema ya que, además de politólogo, es maestro mayor de obra.«Cuando se presupuestó el edificio fue al valor del dólar del 2010 y recién se hizo en el 2015, con lo cual hay una serie de defectos estructurales con los que convivimos. Por ejemplo, la escuela no tiene un final de obra, es decir no está terminada, no tiene habilitación municipal. Siendo una escuela de la Ciudad de Buenos Aires, donde el gobierno es responsable de que todo lo que funciona esté habilitado correctamente conforme al Código de Edificación. Penemos la escuela recibe y contiene 500 chicos y más de 150 docentes… Después la escuela no tiene gas, la calefacción la logramos recién hace dos años después de mucha presión de la comunidad educativa. Pusieron paneles tipo Ecosol que cuando los conectaron volaron los tapones porque la instalación eléctrica no estaba pensada para eso. Entonces como solución nos ponen un generador eléctrico durante los meses del invierno, que contamina, hace un ruido infernal y consume cientos de litros de gasoil por día, para una mínima fuente de calor. Por otro lado en esta escuela no se respeta la «ley de vidrios seguros». Y los problemas estructurales gravísimos como la escalera de hormigón que se está hundiendo ya va a ir resquebrajando la loza».
Respecto a la ley de «vidrios seguros», la 2448, determina que no puede haber en una escuela vidrios que estallen, como pasó en Piedrabuena. Además hay fallos judiciales como el del juez Francisco Ferrer que obligan al GCBA a cumplir la normativa, dando cuenta el incumplimiento sistemático.
Para colmo, en diálogo con Gráfica, Basso agregó indignado: «Somos una escuela con orientación en artes audiovisuales y no tenemos computadoras, por lo que estudiantes que se egresan este año nunca pudieron aprender un programa como el Corel para diseñar. Acá estudian dibujando a mano, cuando la escuela necesita herramientas que son condiciones mínimas».
Todos estos incumplimientos de normativas y el detalle de todas las deficiencias edilicias, fueron denunciados en ATAJO y el expediente recayó en la Fiscalía Nacional en los Criminal Correccional Nº1. Sin embargo desde su presentación en diciembre de 2017 hasta la fecha no ha habido novedades, según explica Basso.
Por eso, el educador insistió en el aire de Radio Gráfica de la necesidad de difundir esta situación de la escuela 1 DE 20 ya que «el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires tiene una impunidad manifiesta y un blindaje mediático absoluto y las cosas no se conocen».
*Periodista de Radio Gráfica, conductor de Punto de Partida.




