El director de cine Fernando Krichmar conversó en Punto de partida acerca de su documental Seré millones, del estado actual de la industria cinematográfica en la Argentina y de los conflictos que están ocurriendo en el Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA).
Krichmar comentó en primer lugar que «la película trata del robo, o expropiación según quién cuente la historia, del Banco Nacional de Desarrollo (BANADE) por parte del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) el 29 de enero de 1972. No solo contamos esa historia sino que aprovechamos para entrevistar a los compañeros que fueron los cómplices internos de la operación. En la conversación se dio un ‘feedback’ generacional entre los viejos y los actores, que son jóvenes y no están tan politizados, pero que tratan de entender el espíritu revolucionario de la época«.
Luego el entrevistado explicó que «en la última reunión del Consejo Asesor del INCAA se rechazó la política que está implementado en este momento el organismo. Hubo una importante movilización de compañeros cineastas preocupados por la situación, en particular los últimos hechos de corrupción que ya denunciamos en febrero. Para llegar a esta situación hubo antes una campaña muy fuerte de parte de periodistas como Luis Majul contra la financiación estatal del cine, a partir de mentiras impulsadas por diversos empresarios periodísticos. En realidad el dinero viene del propio medio, del 10% de la venta de entradas. El cine documental tiene un valor que no se mide por la taquilla. Este gobierno concentra el dinero de la legislación que regula el ramo en manos de las empresas que pueden hacer grandes negocios«.
Finalmente Krichmar denunció que «el gobierno intenta destruir la producción de documentales y de cine independiente más por una cuestión ideológica que económica. En diez años se filmaron mil documentales, y la producción independiente gana premios en el Festival de San Sebastián, el más importante del cine de habla hispana. No es rentable porque la distribución está en manos de cadenas norteamericanas casi por completo, es muy difícil tener salas. Hay una gran precariedad al respecto, y el kirchnerismo si bien respaldó la producción no confrontó con las empresas distribuidoras. La situación representa un ahogo tal que hace que productores medianos, incluso medianos tirando a grandes, apoye nuestra lucha. Y crece la indignación cuando se produce el desfalco de seis millones y medio de pesos en el INCAA efectuado por Nicolás Yocca, el gerente administrativo puesto por las grandes productoras como el que iba a limpiar la corrupción del organismo«.
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