junio 10, 2025

Malvinas | A 36 años del bautismo de Fuego

Malvinas | A 36 años del bautismo de Fuego

El sábado 1 de mayo de 1982 no fue un día más. Fue el Bautismo de Fuego de las Fuerzas Armadas en el Atlántico Sur. Ricardo Mítolo, artista plástico del barrio de la Boca, veterano del portaviones 25 de Mayo, contó en Radio Gráfica sus vivencias de aquella jornada.

Invitado a Abramos la Boca, el veterano de guerra dio cuenta de cómo vivió aquel día desde el portaviones de la Armada Argentina: «El ataque se gestó en la noche del 1 de mayo. La idea era un ataque conjunto entre Armada y Fuerza Aérea. Los ingleses se estaban aproximando a las islas. Nuestras flota estaba dividida en tres grupos. Nosotros, el 791, estaba al norte. Junto a nosotros, el 793. El 794, donde estaba el Crucero General Belgrano, estaba al sur. Todos los grupos conformados por cinco o seis embarcaciones. Lo que se quiso hacer aquel 1 de mayo fue un ataque en pinzas sobre la flota británica«.

En diálogo con Mauro Cavallín, Mítolo recordó: «A la tarde se cargaron seis aviones Douglas A4 Skyhawk cargados cada uno con cuatro bombas de 500 kilos. El Jefe de Operaciones del 25 de Mayo sabía que estaba enviando a los pilotos a una misión super comprometida. Mi lugar era el Puente de Comando, asistiendo las cartas de navegación. A las nueve de la noche nos convocaron a tomar posición, pero minutos más tarde la radio interfirió una comunicación inglesa. Ese momento fue fatal. Se llamó a quién pudiera interpretar esa comunicación y nos enteramos que estábamos separados por sólo 200 millas náuticas. A la 1 de la mañana sonó la primera alerta de combate. En el radar aparecieron dos aviones Harrier. Nosotros navegamos custodiados por las fragatas Santísima Trinidad y Hércules. Delante nuestro, un destructor con sonar para divisar submarinos. Se dio orden a las fragatas que preparen misiles. Cuando iban a disparar, los aviones cambiaron su rumbo: se dieron cuenta que tenían la flota argentina debajo«.

«Aquella noche fue de total calma. Los Skyhawks eran impulsados por una catapulta a vapor. Para eso necesitás viento de frente con cierta intesidad. Enviamos un PAC (Patrulla Aérea de Combate) a interceptar los Harriers. Salieron a buscarlos cargados con las bombas. Una locura cuando volvieron al portaviones cargados con ellas. Creo que todavía los estamos puteando«; contó Mítolo en Radio Gráfica.

«Con el primer Alerta Roja sentí un miedo atroz«; reconoció el veterano de guerra, quién dio cuenta de las sensaciones de aquel 1 de mayo de 1982: «Uno cree estar preparado, pero cuando sonó el zafarrancho de guerra, todos nos asustamos. El domingo 2 de mayo, tuvimos Alerta Roja de ataque submarino. El 25 de Mayo era el gran objetivo de Inglaterra. Mandar a pique un portaviones con 1.500 tipos era darle un golpe estratégico y psicológico a las Fuerzas Armadas. Nosotros teníamos aviones anti-submarino y bombas de seguridad. Cuando se sintieron acorralados, se abrieron de nuestro curso. Eso fue durante toda la mañana del domingo 2 de mayo. A las 16.10 nos enteramos del hundimiento del General Belgrano. Fue un golpe fatal. En ese momento yo estaba en el Puente de Comando y el comandante de nuestro barco, que era muy amigo del comandante del Belgrano, el capitán Héctor Bonzo, vi como lo golpeó la noticia. Era la declaración real de guerra«.

Apasionado, Mítolo siguió su recuerdo: «Luego del hundimiento del Belgrano nos dirigimos hacia aguas menos profundas. Fue un juego de gato y ratón. Luego de muchos años me enteré, por intermedio de archivos desclasificados, que nos persiguieron dos submarinos nuclerares. Nosotros combatimos hasta el 15 de mayo, cuando nuestra situación se tornó insostenible. Los ingleses nos persiguieron hasta Bahía Blanca. Es más, se dice que hubo naves inglesas que llegaron a la boca misma del Río de la Plata«.

Malvinas es un tema sensible para la sociedad argentina. Pero los procesos de desmalvinización golpearon duro a los veteranos de guerra: «Recién en 1983 comenzamos a juntarnos los veteranos. No conseguíamos trabajo. Cuando buscábamos laburo y decíamos que habíamos estado en Malvinas, nadie nos daba trabajo. Yo cobro pensión recién desde 1994, doce años después de finalizada la guerra. Pude trabajar y reinsertarme, a pesar de mis problemas. Hubo muchos compañeros que no pudieron hacerlo y en algunos casos lo pagaron con su vida. La vuelta fue muy brava…»

«El pueblo siempre nos reconoció pero las cúpulas gubernamentales nos tuvieron desconfianza. Hubo que pelear demasiado para recibir una jubilación. Eso me causó mucho dolor. Por ejemplo, lo que vivimos hace poco. El tercer punto de la Ley decía que los veteranos teníamos garantizadas dos jubilaciones mínimas. Eso tenía que ver que muchos combatientes nunca pudieron reinsertarse laboralmente. Cuando la ley estuvo votada, Mauricio Macri vetó ese punto diciendo que la misma desnaturalizaba la Ley de Jubilaciones. Quienes tuvimos aporte cobramos algo más, pero quienes no aportaron, cobran una jubilación de 7.000 pesos. Todas son peleas. Hasta el gobierno de Néstor Kirchner cobramos una pensión graciable de miseria: 150 pesos. Kirchner fue quién revaluó a tres jubilaciones mínimas«; dice Mítolo.

Artísta plástico, Ricardo Mítolo nos contó como el arte funcionó como válvula: «Me permitió correrme de mi eje y meterme en otro mundo. Me saca de recuerdos que aun están».

CA/GF/RG

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