
El presidente de Corea del Sur, Moon Jae In, y el líder supremo de Corea del Norte, Kim Jong-un, se han reunido en una cumbre realizada en la Casa de la Paz, en Panmunjom, localidad surcoreana ubicada junto a la Zona Desmilitarizada producto de la Guerra que finalizó en 1953. La cumbre marca un cambio en el orden internacional del mundo, ya que ambas coreas han plasmado una declaración conjunta firmada por los dos mandatarios.
Para el analista internacional Julio Fernández Baraibar, la cumbre coreana es el fin del Siglo XX: «Estoy muy emocionado. Acaba de finalizar el Siglo XX. Lo que ocurrió en Corea es el punto final del siglo pasado, dándole paso a este siglo».
En comunicación con Gabriel Fernández, en La Señal, la conversación giró sobre el eje de industrialización chino-estadounidense como prenda de paz entre ambas coreas: «El mundo llegó a una situación donde hay un equilibrio Chino-Norteamericano que facilita el entendimiento«; expresó Baraibar, quién continuó su análisis: «Es una enseñanza para nosotros: las circunstancias internacionales siempre están presentes en el destino de una nación, pero es la inteligencia y voluntad nacional quién abre paso en las relaciones internacionales. A los coreanos del norte y sur tuvieron una extraordinaria voluntad de ser. Corea del Sur, que cayó bajo la dominación norteamericana, logró una cuota de autonomía económica que le permitió construir una industria con avances tecnológicos que caracterizan a la nación».
«Estados Unidos decidió cambiar su política internacional y se concentró en reestablecer su sector industrial. Esto que ha sido expresado por Donald Trump a la manera de Donald Trump fue comprendido por el tal vez poco agraciado presidente de Corea del Norte. Lo que quedó en evidencia es que ambos presidentes coreanos son unos estadistas de excepción que aprovecharon la situación internacional para favorecer los intereses coreanos«; analizó Baraibar en Radio Gráfica.
Baraibar dio cuenta de la historia coreana: «Si hubo un pueblo sufrido a lo largo de tres mil años fue el coreano. Su situación geográfica -un pequeño apéndice continental – fue durante milenios azotada alternativamente por chinos, potencias occidentales y sobre todo, por Japón. A Corea le costó enormemente construirse como nación. Entró a la modernidad con un enorme atraso, ya que era el país mas rezagado tecnológicamente de su región».
«Fueron inútiles todos los intentos modernizadores. En Corea no pudieron transformar el mundo estamental que habían heredado de la antigüedad. La invasión japonesa transformó a Corea en una productora colonia de alimentos. La de Corea es la dura historia de un pueblo en búsqueda permanente de su propia nación. Luego de la dramática Guerra de Corea, las potencias triunfantes de la Segunda Guerra Mundial separaron el Manchukuo japonés tomando la línea del Paralelo 38, dividiendo el país en las influencias de Unión Soviética y Estados Unidos. Los coreanos, lo único que buscaron crear fue una nación soberana«, comentó Baraibar en La Señal.
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