
A pocos días del comienzo del juicio oral por el asesinato de Nehuen Rodríguez, su madre Roxana Cainzos visitó Radio Gráfica para expresar sus expectativas de cara a esta instancia definitoria. El joven murió el 15 de diciembre de 2014 tras ser atropellado por una camioneta de la Policía Metropolitana que circulaba en rojo y era conducida por el oficial Daniel Castagnasso.
Tras muchas irregularidades en el desarrollo de la causa judicial, con reiteradas postergaciones de audiencias, el juicio oral se llevará a cabo entre el martes 27 de febrero y el jueves 1 de marzo en los tribunales de Talcahuano, Ciudad de Buenos Aires, el cual será acompañado desde las 9 horas con radio abierta e intervenciones culturales con presencia de familiares, amigos, organizaciones y familias de otras víctimas de violencia institucional que están acompañando la campaña «Justicia x Nehuen».
En diálogo con Lucas Molinari y Úrsula Asta, admitió estar «ansiosa de que llegue el día a pesar de que será muy doloroso» y destacó la importancia de «tener sentado al policía que mató a mi hijo en el banquillo de los acusados». Denunció que «la causa estuvo muy manoseada, se nota la impunidad que manejan» teniendo en cuenta que durante el proceso «han borrado y ocultado pruebas» fundamentales.
Cuando se dirigía a Parque Patricios para festejar el ascenso de Huracán, el joven tenía puesto su casco y circulaba a baja velocidad por la calle Brandsen, en Barracas. En la intersección con la Avenida Ramón Carrillo, fue embestido por el patrullero que «que cruzó en rojo, no tenía las sirenas e iba a alta velocidad por lo que Nehuen voló 25 metros».
La madre de Nehuen señaló que desde el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires, que regía a la entonces Policía Metropolitana, no recibió jamás un contacto en relación a lo sucedido. «No tuvimos ayuda ni siquiera para el velorio y entierro de mi hijo. Todo fue a pulmón con vaquitas de sus compañeros y profesores de colegio», evidenció.
Roxana confesó que antes del asesinato de Nehuen ella no estaba interesada en ningún tipo de militancia, pero a partir de su muerte aprendió que «hay que luchar cuando te arrebatan los derechos y no hay que quedarse en la casa llorando. Hay que salir a las calles y pelear. Si te matan a un hijo, yo no podría vivir sin luchar por eso. La única manera de salir adelante fue luchar por la memoria de mi hijo».
«Voy a hacer un cierre por lo de mi hijo y después pienso seguir luchando por los otros casos de violencia institucional, que cada vez son más», aseguró Cainzos.
Sobre el caso Chocobar, policía que asesinó por la espalda a un joven y fue recibido por el presidente Macri, Roxana expresó que le parece «horroroso que quieran instalar el gatillo fácil como algo natural y necesario, sentenciando a pena de muerte a nuestros jóvenes».
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