Alberto “Pepe” Robles, director del Instituto del Mundo del Trabajo “Julio Godio” de la Universidad de Tres de Febrero, abogado laboralista y profesor de Derecho al Trabajo fue consultado en Feas, Sucias y Malas acerca de las implicancias de la ley de Reforma Previsional sobre las mujeres.
«La mayoría de las personas beneficiarias de los servicios de seguridad social son mujeres. Incluso de la jubilaciones, porque las mujeres viven más que los hombres», comenzó.
«La Asignación Universal por Hijo (AUH) está mucho más relacionada con las madres que con los padres. Entre otras cuestiones porque hay muchísimas madres solteras o madres que mantienen únicamente ellas el hogar. Sin embargo, es habitual oír que cuando se habla de jubilaciones y pensiones se habla de los «abuelos» en masculino. Sólo excepcionalmente de las mujeres. Esto se invisibiliza, es otro fenómeno más de la invisibilización en las cuestiones de género a pesar de que todo el mundo lo sabe. Uno de los lugares donde más empleo en negro (informal) hay es en el trabajo doméstico, que son 99 por ciento mujeres y que son gran parte de las personas que blanquearon su jubilación con los servicios de moratoria», describió.
Los servicios de moratoria implicaron, durante el Gobierno anterior, el ingreso de personas al sistema previsional que nunca habían aportado formalmente por haber trabajado toda su vida en la informalidad. «Yo creo que más del 80% de las beneficiarias de todos estos servicios sociales, que ahora se van a achicar, son mujeres», estimó.
Y detalló: «De jubilaciones y pensiones, un tercio son varones y dos tercios son mujeres. Ahí esta contado. En el resto de las prestaciones sociales no está contado, pero por ejemplo, el 99 por ciento de personas que perciben la AUH en nombre de sus hijos son mujeres». Lo mismo ocurre, como ya se mencionó, con las trabajadoras del servicio doméstico.
Respecto a la nueva formula por la cual se aumentará menos dinero a las personas pensionadas y jubiladas, Robles explicó que hay dos cálculos: «Se reduce un poco más a las personas que ingresaron a la jubilación por moratoria que a quienes entraron en blanco. Es decir, a quienes estaban en negro, se los castiga más que a los que estaban en blanco». Otra vez se introduce allí, la cuestión de género: «En el servicio doméstico son un millón de mujeres».
Y continuó: «Este gobierno, como la mayoría de los gobiernos de derecha, lo que buscan es achicar el gasto público y que el Estado sea pequeño. Gasto publico y Estado son casi sinónimos. Y la parte mas importante del gasto publico es la seguridad social».
En ese sentido, dijo que «si se incluye a cualquier persona necesitada de la seguridad social (en la Argentina se había llegado a casi al 95 por ciento de cobertura) eso requiere una parte importante de la riqueza nacional destinada a viejos y viejas, a personas que no pudieron jubilarse por trabajar en negro, a las amas de casa cuyo trabajo nunca se valoró y por lo tanto no ganan nada y no se pueden jubilar».
«Entonces si no achican ahí no achican el gasto público, esa es la realidad. Por eso siempre recortan a jubilados. Lo mismo sucedió en la época de De la Rúa, tenían que achicar un 13 por ciento a jubilados porque sino no achican el gasto publico», señaló.
Consultado respecto a la edad necesaria para jubilarse, afirmó: «El Fondo Monetario Internacional le pidió al Gobierno que suba la edad. Todavía no lo llevaron adelante porque es muy impopular la medida. La mayoría de los votantes de Cambiemos son personas grandes, personas de más de 50 años, así como la mayoría del voto que iba para Cristina (Fernández de Kirchner) es de jóvenes».
«En la actual reforma está oculta la diferencia de genero, no se ve y no la publican. Aunque existe. Ahora, si le subo la edad jubilatoria eso se ve inmediatamente», distinguió.
En otro sentido, también se refirió a las diferencias y similitudes entre las reformas aplicadas en la Argentina y en Brasil. El brasileño Temer fue uno de los primeros en felicitar al presidente argentino Macri sobre esta reforma. Allí, la reforma laboral, que plantea discutirse aquí el año que viene, ya fue aplicada.
«Brasil tiene un proceso en el que si bien llegó un sindicalista al Gobierno, el sindicalismo en Brasil es mas débil que en la Argentina y está mucho más fragmentado. Y la reforma laboral en Brasil fue mucho mas dura y además ellos tuvieron un golpe de Estado. Por lo tanto es un presidente que no le importan los votos, ni va a seguir con los votos. Es un proceso diferente, bastante más duro, que fue directamente contra el sindicalismo. Cerraron su impuesto sindical. Si bien hay un parentesco, porque son dos países del Mercosur, y porque los dos tuvieron procesos similares y ambos proyectos cayeron juntos, es diferente», apuntó.
Y finalmente analizó: «Hay un tema que no es fácil. Cuando vos tenes 10 años de conciencia popular sobre derechos, no es tan fácil cortarlos de un saque. En la época de Menen, el Estado argentino recaudaba el 24 por ciento del Producto Bruto Interno (PBI) y actualmente recauda el 35 por ciento. Hay un sector que quiere volver al 24, pero la población ha tomado conciencia de la importancia del gasto social. Por lo tanto, genera hasta cacerolazos. ¡Quién lo hubiera pensado!»
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