Mariela Leiva, docente y referente de la campaña “Paren de fumigar las escuelas”, dialogó en Punto de Partida sobre la iniciativa de la comunidad educativa para frenar las fumigaciones que afectan la salud de estudiantes y docentes en provincia de Buenos Aires. “Las escuelas están insertas en campos de producción a base de químicos”.
“Hemos realizado un monitoreo ambiental con la gente del CONICET. Consistió en medir la contaminación del agua, aire y suelo. Además, el control de los niños. Se han hecho estudios después de fumigaciones, donde les ves astas en la boca”, declaró Leiva y agregó: “Queremos probar que esos niños que están expuestos a menos de 500 metros de fumigaciones tienen daños genéticos”.
En comunicación con Lucas Molinari, la docente relató cómo fue que, el 4 de diciembre de 2014, una fumigación con agroquímicos intoxicó a los alumnos de la escuela rural de la localidad de Colonia Santa Anita. “Me dispongo a realizar el izamiento de la bandera y comenzamos a desarrollar las tareas. De pronto, empezamos a escuchar el ruido de una avioneta. Salgo afuera y, efectivamente, veo una avioneta en el campo de en frente de la escuela, que pasaba de este a oeste. Arrojaba todo el químico al cultivo que estaba en ese lugar. El olor era muy fuerte. Me puse en la tranquera de la escuela a sacar fotos y hacer videos porque eso no podía quedar así, pero jamás pensé que los nenes se iban a descomponer”.
Además, la referente de “Paren de fumigar las escuelas” aseguró que “no hubo ningún cambio”. “El 2 de diciembre del año siguiente el mismo productor y en el mismo lote volvió a cometer la misma situación. Esto no es ignorancia, es impunidad”.
Finalmente, Mariela Leiva manifestó que “el daño de los agrotóxicos o son inmediatamente o son en el largo plazo”.
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