julio 27, 2025

Perosino | “Las nuevas violencias territoriales son muy difíciles de desarmar”

Perosino | “Las nuevas violencias territoriales son muy difíciles de desarmar”

Nadia Rojas desapareció por segunda vez el 3 de agosto, fecha hasta la cual estuvo alojada en un hogar para víctimas de redes de trata, dependiente de la Dirección General de Mujer de la Ciudad de Buenos Aires. En el marco de su búsqueda, -de la que participan estudiantes y docentes de la Escuela de Educación Media N°1 DE 21 «René Favaloro» de Lugano, donde asistía Nadia antes de ser desaparecida el 9 de junio pasado-, Feas Sucias y Malas consultó a la antropóloga Celeste Perosino.

Nadia Rojas

Integrante de la Comisión de Investigadora de Violencia en el Territorio y de la ONG Acciones Coordinadas Contra la Trata, Perosino planteó: “Evidentemente el Estado falla, no solo en prevenir las desapariciones de nuestras pibas sino que cuando las tienen bajo sus órbitas y/o tutela también se ve desarmado para poder brindar el derecho de las chicas”.

Días antes, durante una de las múltiples manifestaciones que realizan docentes, familiares, amistades y organizaciones sociales, Lucia Pérez, presidenta del centro de estudiantes del normal 4 “Estanislao Severo Zeballos” había dicho a Radio Gráfica que estaban “reclamando por la aparición inmediata de Nadia Rojas y denunciando el poco accionar de la Justicia argentina”, a la que le exigen celeridad, y al Estado “que la tenía bajo su tutela y aún así volvió a desaparecer”.
Violencia, trata y desaparición forzada en la Argentina

En este recorrido, consultada acerca de la trata y de la desaparición forzada de personas, Celeste Perosino se explayó sobre una problemática con la que trabaja de cerca: “Hay que pensar las violencias que sufren las pibas para poder resolver rápidamente y poder transmitir a la familia la información correcta”.

“Una buena investigación tiene que tener múltiples hipótesis, para después ir descartando la mayoría hasta saber qué paso realmente”, explicó la especialista. “El Estado se ve con pocas herramientas para la tarea de identificación”, sumó.

Por su parte, contó que en un informe que hicieron en 2015 “eran 6000 los casos (de desaparición de personas) y de esos, 3.500 eran casos de niñas y mujeres adultas”. En esos casos de mujeres, “hay un pico de desaparición en la adolescencia”, dijo.

“Las nuevas violencias territoriales son muy difíciles de desarmar”, manifestó, ya que muchas veces no se opera como “secuestro de trata”, sino que existe “toda una logística de ablande y ruptura de esas pibas” a través de múltiples situaciones como, por ejemplo, “generar relaciones de noviazgo o de seducción” que “logran el mismo objetivo pero menos violento”.

En consonancia, planteó que los casos de trata de personas “tienen un importante sesgo de clase y cada vez pega más en los sectores populares”. “Lo que opera es una necesidad insatisfecha tanto de trabajo, de salud o educación. La trata es un problema de inclusión social”, argumentó.

UA / GF / RG

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