Una vez más las mujeres coparon las calles al grito de “Ni una menos, vivas nos queremos”. Plaza de Mayo a puro bombo y cántico. Consignas ingeniosas. La alegría del encuentro con la otra en un “arriba el feminismo que va a vencer”. Distintos reclamos, un mismo eje articulador: la responsabilidad del Estado.
“Estamos presentando los problemas de las mujeres trabajadoras, especialmente de aquellas que estamos nucleadas en los sindicatos porque creemos que tenemos que visibilizarnos, más en un contexto político que nos afecta directamente”, manifestó Alejandra Benaglia, delegada del Sindicato Argentino de Televisión. Y agregó: “Debemos pelear contra este gobierno que intenta disciplinar a las organizaciones sindicales y que criminaliza la protesta social. Seguiremos luchando por conseguir licencias para padres y madres, para matrimonios diversos y por alcanzar la paridad en las listas”.
Por su parte, Laura Man, de la Confederación de Educadores Argentinos, expresó que no sólo se quieren “vivas y libres” sino también “con trabajo y desendeudadas”. “Está es una lucha que excede a las mujeres y es parte de todo el pueblo argentino”.
La transversalidad de la problemática se vio reflejada en la multitud. Estaban todas. Mujeres sindicalizadas, de organizaciones políticas y sociales, autoconvocadas, tortas, putas, travas, bisexuales. La unidad que puso al Patriarcado en jaque. “Esta es la resistencia de las mujeres. La resistencia a ser invisible, a que no nos respeten nuestros cuerpos, territorios y espiritualidades. Es una marcha para mostrar cómo las mujeres emergemos como punta de lanza”, declaró Nora Cortiñas.
Erika Laderer, hija de un médico obstetra genocida, afirmó que era su “primer acto público”. “Forma parte de nuestra generación de identidad. Fuimos mujeres las primeras que nos juntamos. Estamos en vías de gestación, todo esto tiene menos de 15 días. Vamos a luchas por la Memoria, Verdad y Justicia”.
La convocatoria Ni Una Menos surgió en el 2015 como consecuencia de una serie de femicidios de alto impacto a nivel social. A partir de ahí todos los 3 de junio miles de mujeres se organizan para exigir sus derechos y avanzar hacia la construcción de una Patria más justa y equitativa.
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