
Jenny Durán, integrante de Católicas por el Derecho a Decidir y del Frente de Mujeres Evita, dialogó en Punto de Partida acerca del fallo de la Corte Suprema de Justicia Tucumán, en el que absolvió a Belén, que había sido condenada a ocho años de prisión por tener un aborto espontáneo.
“Belén asistió al Hospital Avellaneda de Tucumán con un dolor abdominal. No sabía que estaba embarazada. A los minutos empezó a tener pérdidas e inmediatamente fue encarcelada. No recibió asistencia ni los cuidados mínimos”, relató Durán. Y agregó que “en el medio, mientras estuvo internada, la acusaron de haber abortado y le mostraron un feto de un bebé de 8 meses cuando, en realidad, en la historia clínica había quedado asentado que estaba de 12 semanas”.
En comunicación con Úrsula Asta y Lucas Molinari, la integrante del Frente de Mujeres Evita hizo referencia a los procedimientos que se llevaron a cabo desde que Belén fue condenada por la Sala III de la Cámara Penal de Tucumán. “En abril del año pasado le dan ocho años de prisión. Es ahí cuando la abogada Soledad Deza presenta un escrito a Casación para que se le de nulidad al juicio. Entonces, hasta abril de 2016 Belén se defiende conscientemente y en función de la garantía de sus derechos. Y, en agosto, se le da la libertad, pero no de culpa y cargo”.
Respecto a como continuó la causa, Durán manifestó que no sólo se intentó “argumentar con cuestiones legales” sino que también se buscó “recibir la solidaridad de un montón de mujeres”. “El éxito de la libertad para Belén es, de alguna manera, ésta confluencia de movimientos políticos, organismos de Derechos Humanos, sindicatos, que presionó a la Justicia tucumana”. En ese sentido sintetizó que “el movimiento de mujeres en argentina es punta de lanza de un montón de movimientos” ya que “neutraliza la avanzada conservadora”.
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