Claudia Cesaroni, abogada e integrante del Centro de Estudios en Política Criminal y Derechos Humanos (CEPOC), conversó con Punto de Partida acerca de la Masacre de Pergamino, el incendio de la Comisaría 1 de aquella ciudad bonaerense, en la que siete detenidos perdieron la vida.
En primer lugar Cesaroni afirmó que «esas personas no deberían haber estado ahí porque las comisarías no son espacios para contener personas más de media hora antes de la intervención de un juez, que debe intervenir rápidamente para dictar la detención en una unidad penitenciaria o la libertad de la persona en cuestión. Esto no es lo que sucede normalmente por diversas excusas, como que no hay espacio en las cárceles, que como la detención se debe a una contravención no va a pasar más de un día o dos detenido y por lo tanto no tiene sentido enviarlo a una unidad penitenciaria, o porque la policía usa las detenciones como un disciplinamiento informal en el que detiene a la gente por varias horas y luego liberarlas, sin siquiera dar intervención judicial».
Luego Cesaroni observó que además de la detención en un lugar incorrecto el problema pasó por «las condiciones en las que se encontraban encerrados: hacinados, amuchados en espacios pensados para poca gente, sin agua, con más de cuarenta grados de calor, etcétera. Esta situación genera conflictos inevitablemente. No sabemos qué pasó exactamente, si hubo una queja, una pelea, una discusión. A veces masacres como esta o encubren homicidios, o son una suerte de castigo ejemplificador, y la manera en que se anunciaron las muertes de los presos, o argumentos como ‘no encontramos la llave’ y ‘los detenidos no nos dejaron apagar el fuego’ son ejemplos de cómo se trata de legitimar estas situaciónes echándole la culpa a las víctimas«.
Por último Cesaroni anunció que «nosotros junto con un conjunto de organizaciones que encabeza la Comisión Provincial por la Memoria le mandamos el martes una nota urgente al presidente de la Suprema Corte de Justicia de Buenos Aires, planteándole que casos como este son crónicas de muertes anunciadas y que hay un fallo de 2005 que establece que no puede haber detenidos en las comisarias. Y también tendría que haber un proceso penal contra los policías que estaban a cargo del lugar en el momento de esta masacre, pero al aparato judicial le cuesta mucho caratular estos casos como lo que son: tortura seguida de muerte. No es otra cosa prenderse fuego en un lugar cerrado porque no te abren la puerta de salida».
MG / GF / RG