Carlos Barragán, ex conductor de 678, visitó el estudio Patrick Rice, invitado por Los domingos no sonPpuro Cuento. En la charla que mantuvo con el equipo se refirió a la situación actual de los medios de comunicación, el humor político en la Argentina de Mauricio Macri y reflexionó sobre el momento político.
«La manera en que nos sacaron de Radio Nacional fue una forma clarísima de persecusión política. Creo que Hernán Lombardi es el tipo más fascista de este gobierno, el más autoritario, el más violento, el más impune, enfatizó el periodista. A mí ya me habían echado de Radio Mitre por cuestiones políticas pero ahí me dijeron ‘bueno, terminó el programa, etc.’ Algo esperable. Pero a Lombardi no le alcanzó con eso sino que vino a decir que éramos chorros, corruptos, violentos, fanáticos, que éramos una enfermedad a extirpar. Y además desplegó una gran actividad en la prensa para desprestigiarnos. Además de eso el silenciamiento pasa por cómo se trata el tema de la pauta en las radios. Hay miedo a invitar a gente de nuestra posición porque puede haber represalias económicas.»
Añadió que «últimamente he leído a compañeros haciendo «apología» de la tristeza, como si por la marcha de los acontecimientos hubiera que estar obligado a estar triste. Me parece un error, porque es confundir la alegría con la felicidad. La felicidad necesita buenos argumentos, de un montón de condiciones. La alegría en cambio es un estado de ánimo, uno decide si está alegre o no. No hay por qué buscarle razones, sobre todo si se es una persona consciente. No planteo tampoco el estar como un idiota alegre por la vida. Entonces, ¿cómo hacemos humor? Ahora es facilísimo, ellos solos hacen el chiste.. Se toman colectivos falsos, Patricia Bullrich se viste de gendarme, el ministro de economía explica las cosas con pizza. El humor se ríe de los poderosos, que son los que gobiernan ahora y fueron oposición contra Cristina [Fernández de Kirchner], esa es otra de las cosas que lo facilita.»
Luego reflexionó que «atribuir exclusivamente la derrota electoral a los errores propios hasta tiene un matiz de omnipotencia. Había un rival enfrente, muy poderoso, la embajada de Estados Unidos por ejemplo. También internamente la corporación judicial, mediática, industrial, sindical. Nos torpedearon un barco y pretenden que solo pensemos en si el hundimiento fue por nuestra culpa. Quiero hacer la autocrítica para volver y lograr que se implemente la Ley de Medios o se reforme el sistema financiero, pero no voy a quedarme con que perdimos por tontos».
«También creo que se debe discutir la forma de comunicar a la hora de caracterizar a la derecha. ¿Es solo Macri o hablamos de la corporación, la ‘ceocracia’? Macri es el que preside, no es un estúpido ni un títere de los ceos, sino que es uno de ellos. No manda dentro de ese grupo, pero sí da las ordenes y los decretos. No hay que desvalorizarlo ni olvidar que este es el gobierno de Macri», concluyó Barragán.
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