El politólogo, sociólogo y docente universitario Atilio Borón visitó el programa Los Domingos no son Puro Cuento.
Borón analizó en primera instancia el significado del nuevo aniversario de la caída de Salvador Allende en 1973 y del atentado contra las Torres Gemelas en 2001: «Son dos acontecimientos que marcaron sus épocas. La caída de las torres fue el fin del sueño unipolar norteamericano, terminó con el optimismo de los ’90 según el cual tras la caída de la Unión Soviética, el siglo XXI sería el siglo de Estados Unidos. Eso se vino abajo, junto con el proyecto del ALCA tras la cumbre de Mar del Plata en 2005. Septiembre de 2001 es una fecha muy importante de la historia mundial y también lo es la caída de Allende, porque es el primer ensayo de las políticas neoliberales de shock. Hasta ese momento eso solo estaba en los libros, nunca se había puesto en práctica. Además empezó un ciclo que se cerró con la asunción de [Hugo] Chávez en Venezuela, que retomó un poco la obra de Allende, en cuanto a nacionalizar empresas y recuperar el petróleo, así como en Chile se había recuperado el cobre».
Aprovechando el paralelo entre Allende y Chávez, Borón explicó la conexión entre el golpe de estado en Chile y la actualidad regional: «El asesinato del viceministro del Interior de Bolivia o la guerra económica contra Venezuela son procedimientos que Estados Unidos tiene sistematizados. Comienza con la hostilidad diplomática y continúa con desestabilización económica, desabastecimiento programado, creación de malestar entre la población, aislamiento internacional, etc. Fue el mismo plan contra Chile y ahora contra los gobiernos disidentes respecto a EE.UU. en la región. Ni siquiera hace falta que sean gobiernos de una izquierda radicalizada».
Por último Borón analizó la actualidad argentina, y dio su parecer acerca de los planteos que marcan el presente como un momento de restauración conservadora o de restauración colonial: «No me parece que sean términos contradictorios. En el caso de la Argentina hay una regresión hacia un status neocolonial. Se abandona la política exterior de los últimos doce años, se ata de nuevo al carro de los EE.UU., y se intenta asumir como propia la agenda internacional de ese país. Habrá que ver hasta dónde se llega porque los intentos de hacer gestos hostiles contra los enemigos de los norteamericanos (Rusia y China) ya tuvieron respuestas que obligaron al gobierno de Macri a volver sobre sus pasos».
«En la Argentina se ve desde el 10 de diciembre un deterioro de su capacidad de autonomía nacional, un tránsito hacia convertirse en una semicolonia. Pero seamos prudentes, si hay resistencia fuerte los intentos del macrismo no van a prosperar. Creo que si bien Argentina y Brasil son las puntas de lanza de este proceso de restauración, son gobiernos muy frágiles. Todavía no se ve, pero a nueve meses de asumir el gobierno de Macri todavía no está consolidad, más bien se lo ve tambaleante. Y en Brasil [Michel] Temer está denunciado y puede ser inhabilitado. En ese caso tendría que llamarse a unas elecciones en las que todas las encuestas dan como ganador a [Luiz Inácio] Lula [Da Silva] por amplio margen».
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