Consumado el golpe de estado en Brasil, el analista internacional Néstor Gorojovsky planteó «un golpe vengativo por parte de las capas más retrógradas del Brasil. Los famosos bandeirantes. Antiguos cazadores de esclavos y guaraníes. Núcleo de la actual oligarquía paulista. Socios y gerentes de las empresas capitalistas que nunca han tolerado que el PT haya permitido darle de comer a todos los brasileños e impedido que estos buitres devoren los yacimientos de Petrobras en el Atlántico».
Para Gorojovsky, este golpe no tiene sólo olor a petroleo: «sería muy reduccionista pensarlo así. Acá está la idea de darle un mazazo al proceso reunificador de América del Sur. Es un golpe que comenzó fuera de las fronteras de Brasil, y no en Washington, sino en Buenos Aires, cuando algunos compatriotas equivocadamente castigaron al gobierno de Cristina Kirchner quitándole el voto a Daniel Scioli. Era obvio que derrotado el campo popular comenzaría la conspiración reaccionaria y antipopular en Brasil».
Entrevistado en Terapia de Grupo de La Señal Medios, el analista y geografo dio cuenta del marco histórico: «La unidad del sur es la pesadilla del norte. Eso lo saben muy bien. Hace 52 años los militares brasileños le dieron puntada final a una intentona hacia un gobierno popular de João Goulart. En aquella oportunidad intentaron imponerle una república parlamentaria. La caida de Goulart no fue un golpe de un día hacia otro, sino un procedimiento encabezado por las elites politicas»; y añadió: «Esta vez no hubo militares. También es otro el pueblo brasileño. El PT se ha ido desmovilizando y eso ha sido un error, pero estos golpistas conocen el paño: no llegaron a la animalada de quitarle derechos civiles y acceso a cargos públicos a Dilma en los próximos ocho años. Saben que hay millones de brasileños rumiando ve como se consuma esta estafa».
Néstor Gorojovsky realizó una curiosa analogía con un refrán campero del litoral: «A la yarará no hay que tirarle de la cola, sino aplastarle la cabeza con un garrote«. ¿Cómo es eso? «Nosotros tenemos verdaderas yararás sociales dominando nuestros países. Les hemos tirado de la cola demasiadas veces. Yo no se si tenemos que pegarle un garrotazo, pero si meterlas presas. Física y literalmente. Es lo que están haciendo en nuestro país. Nosotros tenemos que aprender de Mauricio Macri. Política de poder. Aprendamos como trata a los que hay que vencer. Porque si no lo hacemos, lo hacen con nosotros».
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