Ailén Valente es un orgullo del deporte argentino. Esta boquense de 20 años realizó una gran actuación en los Juegos Olímpicos de Río de Janeiro 2016, motivando un genuino interés por su disciplina: la gimnasia artística.
Entrevistada por Pablo Abbatángelo en Dame Pelota – el programa del Foro Social del Deporte – Ailén contó sus comienzos en Boca Juniors: «Arranqué a los tres años. Mis papás decían que era demasiado inquieta y la única disciplina para esa edad era la gimnasia. Arranqué jugando hasta que me federaron a los siete años. Comencé a competir a nivel nacional hasta que en 2006, cuando tenía 10 años, obtuve el Xeneize de Oro como mejor deportista amateur del club. Allí fue que Boca Juniors me ofreció seguir compitiendo en otro lado para que siguiera mi práctica a nivel profesional».
Ailén brindó un semblante de su sacrificio para llegar a ser atleta de alto rendimiento: «Cuando tenía 10 años tenía que entrenar en el Cenard. Atravesaba todos los días la ciudad. A los doce años ingresé al nivel elite y desde ese momento, tomé la Gimnasia como mi modo de vida. Dejé salidas con amigos o reuniones familiares, sobre todo a Chivilcoy, porque significaba volver sin estar descansada. El último año y medio de colegio lo rendí como alumna libre, porque no me daban los horarios. Tuve que elegir entre horas de entrenamiento o una vida mas normal y no lo dudo. Para llegar hasta donde estoy tengo que dejar muchas cosas de lado, sino es imposible hacerlo. Por suerte mi familia y mi grupo de amigas son las primeras en apoyarme, sino hubiera sido terrible seguir. Tomé decisiones difíciles y no me arrepiento».
Osvaldo, es un gran profesor de gimnasia del barrio de la Boca. Su mamá, Lili, la apoya en todo. Ailén dio cuenta del apoyo de sus padres en su carrera: «Cuando dejé Boca Juniors y pasé a Argym tenía que atravesar la ciudad todos los días en colectivo y ellos me acompañaban. Cuando comencé a competir había muchos gastos en viajes, y ellos siempre estuvieron conmigo. Sin el apoyo de mi familia hubiera sido imposible llegar. Siempre tuve el apoyo de ellos y les debo todo».
La atleta reconoce la ayuda que significó la creación del Enard (Ente Nacional de Alto Rendimiento Deportivo) durante el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner: «Nos becan, nos pagan la obra social y los viajes cuando competimos. Antes del Enard, cuando tenías un viaje, tenías que clasificar y pagarte todo solo. Imaginate si tenias que hacer cinco o seis viajes por año. Era imposible. El Enard nos facilitó tener una beca que es un sueldo. Ganar por lo que hacemos. A la vez tenemos una beca de la Secretaria de Deporte.
Nacida el 26 de marzo de 1996, es entrenada desde hace 13 años por Florencia Gugliada y en Río obtuvo un meritorio 20º puesto en su especialidad: «Estoy supercontenta. Tuve dos fallas, pero a veces los nervios te consumen las piernas», explicó la joven.»Gané experiencia y eso es lo importante. Me voy feliz porque las notas fueron buenas, a pesar de las fallas».
Finalmente, Valente se refirió a la vida en la Villa Olímpica: «La convivencia es lo mejor de los Juegos. Para mi fue muy importante. Por ejemplo, poder estar junto a Manu Ginóbilli, alguien que siempre quise conocer. Verlo comer la misma comida y en la misma mesa fue espectacular. Eso genera la villa. Tomar mate en el mismo lugar con un montón de deportistas. Compartir esas cosas y cruzarte con otros deportistas de todo el mundo. Eso es único e inolvidable».
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