
El presidente de la Corte Suprema de Justicia Ricardo Lorenzetti planteó este lunes no asumir nuevamente ese cargo aludiendo «cansancio moral». Ayer fue ratificado en ese puesto por sus pares a través de un comunicado.
María Laura Garrigós de Rébori, titular de la Cámara de Casación Penal y referente de la agrupación Justicia Legítima, analizó este planteo de Lorenzetti en comunicación con Punto de Partida.
«Me sorprende porque, dada la reducción de miembros de la Corte a raíz de los tristes fallecimientos y la renuncia del doctor Zaffaroni, son pocos los que están en condiciones de cumplir esta función», consideró la titular de Justicia Legitima. A su vez señaló que «de los tres candidatos en condiciones físicas, porque pareciera que el Doctor Fayt no podría asumir el trajín de la presidencia de la Corte, el doctor Lorenzetti es el que tiene los mecanismos aceitados» para desempeñarse en ese rol.
Si se confirma que el actual presidente de la Corte no reasume, la presidencia la asumirá «la doctora Highton de Nolasco, que hoy es la vicepresidenta, y tendremos la primera presidenta mujer de la Corte de la República Argentina».
Las capacidades de Carlos Fayt, uno de los cuatro integrantes de la Corte Suprema, despierta dudas debido a su avanzada edad. «No voy a dar por sentado que es así porque quiero creer que los demás miembros de la Corte no están metidos en este tema», dijo Garrigós de Rébori respecto a la posibilidad de que no esté en condiciones de estar en ese puesto aunque reflejó que «ningún juez es controlado ni debe rendir cuentas de su gestión a partir del momento que llega al cargo».
En diálogo con Lucas Molinari, la titular de la Cámara de Casación Penal explicó que «los jueces en general llegamos al cargo a través de un concurso de oposición y antecedente. Pasamos las entrevistas y nos hacen una revisión psiquiátrica para ver si estamos en condiciones de asumir el cargo». Después de eso «el ejecutivo manda los candidatos al senado, a partir de la terna que confecciona el consejo de la magistratura, y de allí llegamos al cargo». Una vez que se llega «no hay quien controle si trabajamos bien o trabajamos mal, si somos buenos o malos jueces, si estamos enfermos o no hasta el día que nos jubilamos».
Expresó que «los otros poderes se someten al control por vía de elecciones». En esa línea planteó «tenemos que establecer algún mecanismo de control de la actividad judicial».
En relación a los dichos de Lorenzetti sosteniendo que la Corte Suprema debe controlar al gobierno de turno, la jueza respondió que «la corte es un tribunal de Justicia y su misión principal es dictar fallos, no controlar a los otros poderes».
Por último, hizo referencia a la conformación de la Corte Suprema que hoy cuenta con solo cuatro miembros. El ex integrante de la Corte Eugenio Raúl Zaffaroni planteó que esta cúpula debería contar con quince miembros. «Yo creo que Zaffaroni tiene una visión acertada» ya que «la diversidad facilita y enriquece la tarea de un tribunal colegiado».
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