Sin Zonceras entrevistó a Néstor Gorojovsky, columnista de la sección internacional de La Señal Medios, con motivo del Día de la Victoria, efeméride que recuerda la rendición de la Alemania nazi en la Segunda Guerra Mundial.
SZ: ¿Qué representa el Día de la Victoria?
NG: Con el fin de la segunda guerra, terminó una invasión imperialista, de Alemania y sus aliados, en los países del Este de Europa, con la intención de convertir al mundo eslavo en los esclavos de la Alemania imperialista. Para los pueblos del Este de Europa ha sido una lucha contra la invasión imperialista.
En el caso de Occidente, lo que hubo fue una interna, entre la burguesía imperialista alemana y sus aliados japonesese, y la burguesía imperialista anglosajona (ingleses y estadounidenses principalmente) con sus aliados adentro de la Europa continental y una fracción de la burguesía francesa (otra facción estuvo a favor de Alemania).
Ese día tiene un significado divergente, tiene dos sentidos: una vez que terminó la interna entre las burguesías imperialistas siguió la confrontación mundial entre los países imperialistas de lo que hoy es la tríada (Estados Unidos, Europa Occidental, Japón y sus apéndices de menor envergadura) y lo que en su momento fue el mundo socialista.
Esta segunda parte de la confrontación mundial durante mucho tiempo quedó enmascarada por aparente confrontación ideológica entre marxismo/socialismo y capitalismo. La verdad es que cuando cayó la unión soviética lo que se reveló es que la agresividad del occidente imperialista no cedió ni un poco; siguió habiendo presión imperialista hacia el mundo oriental. Dicho mundo, al ser destruído perdió el rumbo y durante muchísimo tiempo quedó aplastado por el lado imperialista. Fukuyama salió con la teoría de que la historia había terminado; impusieron regímenes neo coloniales al estilo de Carlos Menem en todo el mundo; destruyeron buena parte de la Unión Soviética, y de Alemania Oriental, que dentro de todo tuvo la suerte de quedar dentro de una potencia imperialista, a costa de formarse en una colonia interna (esto incluso se percibe en la geografía electoral alemana, donde el partido de izquierda sigue ganando en Alemania Oriental).
SZ: En este marco, ¿cómo se entiende el conflicto en Ucrania?
NG: Hoy en día vivimos la continuidad armada de ese conflicto en Ucrania. Por el actual régimen gobernante, usurpador y criminal de Kiev, hay que disminuir la importancia de esa victoria; de hecho ha habido toda una serie de órdenes para que no se celebrara como una victoria porque las milicias fascistas y antisemitas de los antiguos aliados de la Alemania nazi en Europa Occidental forman parte del poder (el Partido Svoboda viene de ahí) y como la decisión es transformar a Ucrania en una semicolonia de Europa Occidental hay que disminuir la importancia que le asigna Ucrania a la victoria porque están buscando una alinza con Occidente. Ahora los sectores más humildes, más explotados, más humillados de Ucrania; los trabajadores, el campesinado pobre, algunos importantes sectores urbanos, los pocos judíos que volvieron a Ucrania después de la gigantesca masacre, ellos prefieren festejar la victoria contra una invasión imperialista. Y en parte esto es lo que está atrás de la actual división entre la Dictadura impuesta por la Unión Europea sobre Ucrania, por un lado, y las Repúblicas populares, democráticas, de base esencialmente proletaria del Este de Ucrania.
Lo que se percibe en Ucrania es el inicio de una guerra civil entre ucranianos, y no entre los pro-rusos y los democráticos, a tal punto que Vladimir Putin solamente avanzó sobre Crimea, en parte porque en Crimea hubo un enorme movimiento popular para impedir que el Régimen de Kiev ocupara la península, pero porque en verdad Crimea siempre fue, históricamente, parte de Rusia y en realidad quedó en Ucrania por un estúpido cálculo econométrico de los que administraban los sistemas de riego del norte de Crimea y el sur de Ucrania.
Es un momento muy interesante, a más de medio siglo de que parecía que la historia se había terminado vuelven a aparecer las mismas situaciones con otras caras por la simple razón de que el imperialismo como sistema no ha sido derrotado. Y el imperialismo tiene la horrible y siniestra cara del pogrom de Odessa que marca el futuro de ese sistema que ahora ha revelado que su única fuente de existencia es la codicia.
JCH / GF / RG