Renata Mielli, periodista del Centro de Media Alternativa “Barao de Itararé” de San Pablo, Brasil, habló con Panorama Federal sobre las movilizaciones del pasado fin de semana en el país hermano.
Más de un millón de personas salieron a las calles en diversas ciudades de Brasil el domingo pasado para protestar contra el gobierno y pedir la destitución de la presidenta Dilma Rousseff. Las manifestaciones “no fueron homogéneas” desde el punto de vista de las demandas, sostuvo Mielli: había personas que reclamaban contra la corrupción, que sostenían que había que ampliar las investigaciones en la petrolera Petrobras, pero que no defendían la destitución de la presidenta.
Sin embargo,“había grupos que se pronunciaban por la destitución de Rousseff y grupos de extrema derecha fascista que incluso solicitaban el retorno de los militares al poder, que era necesario un golpe (de estado) militar”, que expresaban que “ninguno de los partidos políticos y las organizaciones de la sociedad representan al pueblo”, describió la corresponsal en San Pablo.
Además, en algunas ciudades “había personas que portaban carteles escritos en inglés y en otras lenguas pidiendo ‘el auxilio de los Estados Unidos’ para resolver los problemas de Brasil”, subrayó.
Los grandes medios de comunicación “incentivaron la movilización opositora”, que fue masiva e importante, pero heterogénea, con banderas muy distintas, “desde los descontentos que no quieren la destitución de la presidenta hasta quienes quieren el retorno de los militares”.
La situación es crítica, caracterizó la periodista, “porque la derecha organizada no logró imprimirle una dirección al movimiento de insatisfacción que se manifestó en las calles brasileñas” el pasado domingo.
Al mismo tiempo, está en curso una investigación de la Policía Federal sobre supuestos desvíos de dinero en la empresa Petrobras. “Los investigadores divulgaron la semana pasada una lista de políticos supuestamente involucrados en operaciones de corrupción en la petrolera estatal”, informó Mielli. Dentro de ellos, “hay muchos parlamentarios del Congreso brasileño, tanto de los oficialistas Partido de los Trabajadores (PT) y Partido del Movimiento Democrático de Brasil (PMDB), como parlamentarios de los partidos de oposición”, aclaró. Por este motivo, “el Parlamento está con dificultades para enfrentar la situación política”, analizó.
Los sectores del poder brasileño y los medios de comunicación “encabezan un movimiento para destruir la política, desde la derecha hasta la izquierda”, que genera “un clima de inestabilidad política muy grande”, advirtió Mielli. Una situación agravada porque “el presidente del Senado está en la lista que investiga la Policía Federal” por casos de corrupción en Petrobras, expresó.
La respuesta del gobierno del PT y de Rousseff “es muy tímida”, se lamentó la comunicadora, porque “está en la línea de sostener ‘que se respeta la democracia y que todas las manifestaciones de la sociedad son legítimas mientras que no sean violentas, que su política se inspira en la lucha contra la corrupción y en reformar el sistema político para controlar el financiamiento de los partidos por parte de las empresas’ ”, explicó la periodista.
“El gobierno se encuentra acorralado, aprisionado”, admitió; de un lado, por los medios de comunicación que pretenden imponer “la agenda política derrotada en las urnas” en las últimas elecciones; del otro, porque “el país se encuentra en una situación económica muy sensible que tiene un impacto profundo en la sociedad”, subrayó.
Por último, Mielli expresó la esperanza de “que la posición del gobierno cambie, para asumir una agenda más propositiva” y enfrentar “este escenario político muy delicado”, concluyó.
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