El miércoles pasado miles de argentinos salieron a las calles a protestar contra un tarifazo de servicios que agobia la vida cotidiana. Los clubes de barrio están en la cuerda floja: muchos de ellos ya no pueden sostener sus actividades y serán miles de familias las que se queden sin el servicio que brindan.
En Abrí la Cancha le pidieron una mirada a un especialista. El periodista Osvaldo Jara es quién más ha trabajado la problemática de los clubes de barrio. En el aire de Radio Gráfica expresó sobre la situación actual: «Salvo ustedes, ningún medio hace mención al desguace que están haciendo los tarifazos sobre los clubes de barrio. Lamentablemente tuvimos que estar hablando desde el principio del gobierno de Macri hasta la actualidad sobre la triste realidad de los clubes. Luego de dos años y medio, son muchísimos los clubes en peligro. Por ejemplo, el club Sarmiento de Quilmes le llego un aviso de corte de AYSA. Los clubes tienen el aviso de corte si es que no llegan a una solución que en muchas situaciones no se da. Clubes en Lomas de Zamora se tienen que enganchar de los palos de luz para poder brindarle actividades a los pibes que en muchos casos no pueden asociarse porque no pueden pagar, entonces las comisiones deciden no cobrar cuota ya que la función de los clubes es meramente social. Los clubes hoy contienen socialmente, generando un polo indentitario y cultural muy importante. Hay muchos ejemplos sobre la mesa. El club Beromama de Gonzalez Catan pegaba $5.000 y hoy le llega una boleta de $10.000. El club 12 de Octubre de Laferrere paso de $500 a mil pesos. El club Nacional de la Matanza de $6.000 a $10.000. El club Juventud de Ciudad Evita de $13.000 a $18.000. El año pasado se dio una situación limite cuando al club Tapiales le llego una boleta de $146.000 de gas»
La situación económica terminal de los clubes es una oportunidad para el capital privado. Así lo explicó Jara: «En Avellaneda, a los clubes que tienen natatorios les llegaron boletas de gas exorbitantes ya que necesitan calefacción para poder brindar el servicio. Esto hace que varios clubes piensen en gerenciar el natatorio y no en busca de negocios personales sino porque no pueden mantener su estructura. Una de las pocas posibilidades de seguir sosteniendo actividades es gerenciar el servicio. Esto lo debemos encuadrar en este paradigma que tiene Cambiemos. No crean que este proyecto sobre las SAD son solo en los clubes de fútbol. La avanzada se da para que en los clubes de barrio no haya otra opción más que gerenciar. Hay ejemplos en los 90´ o en el 2001 que sucedió justamente esto, el gerenciamiento».
«En este momento hay clubes que están en una situación terminal que no sólo afecta a los particulares, sino también a los clubes sociales. La Unión de Clubes de Barrio se movilizó frente al Congreso cuando se dio Media Sanción al proyecto en contra del tarifazo apoyando la idea de limitar tarifas y reclamando la reglamentación de la Ley 27.218 de Tarifa Social. Lo cierto es que la gobernadora María Eugenia Vidal no se hace cargo de nada, al igual que el Gobierno Nacional. Mucho menos el secretario de Deportes Carlos Mac Allister. Hay que recordar que el órgano de aplicación de autoridad encargado de regular este Ley de Clubes es la secretaría de Deportes. Ésta tiene que encargarse de defender los intereses de los clubes desde el estado. Por supuesto que no lo está haciendo y a pesar de la organización de clubes, esto se está haciendo muy cuesta arriba«, enfatizó Jara.
A comienzos de 2016, la secretaría de Deportes lanzó un Registro de Clubes para que las instituciones fueran beneficiadas con un reembolso en futuros tarifazos de luz, gas y agua que serían retribuidos por la propia Secretaria. La realidad fue otra y así lo explicó Osvaldo Jara en Radio Gráfica: «El Club Cooperario tiene más de mil socios. Está en una zona céntrica del barrio de Quilmes. Tiene todo en regla. Ese requisito lo cumplía el club. Solamente una vez fue beneficiado con un 20% de todo el total de la deuda que no alcanza a hacer frente a todo el aumento general de los servicios. La cuota de los socios no puede ser aumentada. El club está ubicado en un barrio de gente trabajadora. Pero hay más ejemplos. El Club San Vicente o el Club Bosques de Varela en donde antes que asumiera Macri llegaban boletas de servicios de $300 y tras la asunción de Macri, les llegaron boletas de $5.000. Los clubes al no poder pagar, por ejemplo, se colgaban de la luz o arreglaban con las empresas de energía para pagar lo que pueda. Un club de Quilmes había arreglado pagar $200 pero se le iba acumulando el total, entonces si al final el club pagaba solo $1.000 de $10.000, quedaba una deuda de $9.000 que en algún momento la tiene que pagar y en algún momento se va a ejecutar. Están haciendo una bola gigante de nieve que muchos clubes no van a poder pagar. Esta situación se da en muchos clubes, sobre todo de la Provincia de Buenos Aires»
La situación se vuelve dramática para los clubes de las periferias: «En la Ciudad de Buenos Aires, los clubes son centenarios o casi, pero hay un fenómeno que se da en la periferia con un crecimiento de los clubes que surgieron a partir del 2003. Se iniciaron a instancia de los propios padres comprando camisetas, tomando un terreno y marcando una cancha. Luego llegó el vestuario y así se fueron constituyendo como clubes. En este momento están totalmente desprotegidos. La Secretaría de Deportes por cinismo puro pide balances contables, actas de asambleas, cuestiones que son imposibles de encontrar en esos clubes. Son estos los que en mayor medida sufren el tarifazo y son quienes cumplen una función social muy importante, en momentos en donde no hay trabajo, hay desempleo, la crisis familiar pega duro en el seno familiar y encuentran en los clubes un polo deportivo, de encuentro«.
Finalmente, el autor de Historia del Deporte Peronista dio cuenta de las acciones a seguir por parte de la Unión de Clubes de Barrio y la disputa política que se dará con los clubes de barrio: «La Unión de Clubes de Barrio pide la reglamentación de la Ley de Clubes de Barrio que se sancionó en 2014 con el voto de la totalidad de los diputados, entre quienes estaba Carlos Mac Allister, al igual que Héctor Baldassi. Los medios hegemónicos se adjudicaban la ley de clubes de barrio ninguneando a los dirigentes de los clubes de barrio que son los artífices de esta ley. Así como sacaron el rédito, hoy se lavan las manos. La Unión esta bregando por la implementación pero no hay voluntad política para lograrlo y cuando esto no está presente se hace muy cuesta arriba. La acción que se llevó frente al Congreso es una más de las que viene realizando en estos últimos meses. La única forma es seguir luchando, peleando codo a codo y no solo de la Unión sino a todas las organizaciones que tengan que ver con los clubes para que puedan defender sus derechos. Indudablemente así como la sociedad está sufriendo los tarifazos, los clubes de barrio y de pueblo están en una situación muy difícil».
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