El Sindicalismo tiene que reconocer históricamente, que puede ser una fuerza que conduce o que está en la delantera o que garantiza el proceso de liberación por estar constituido por la clase explotada, pero tiene que darse cuenta que los métodos que ha usado el sindicalismo, el marco dentro del cual debe moverse, el límite que le permite el haber sido reconocido, “INSTITUCIÓN de bien público”, por los propios explotadores, nunca le va a permitir que liquide a los explotadores que lo legalizaron.
Si ellos nos hicieron, nos dieron la ley, nos dijeron que podemos actuar, siempre nos dejarán hasta el punto mismo en que los amenacemos con tirar abajo el engranaje que permite que ellos acumulen la riqueza, que ellos exploten a sus semejantes, que vivan del lucro, del mercado y de la competencia y sigan haciendo negocios.
La CGT DE LOS ARGENTINOS sabe muy bien que en la medida que quiera ser orgánica, en la medida que quiera respetar la legalidad, en la medida que todo el conjunto de organizaciones y de agrupaciones que están en ella tengan que estar sometidas al imperio de las disposiciones del sistema en que vivimos, nuestros objetivos de liberación se van a alejar tanto como esa frase que dice “por los siglos de los siglos Es decir, que le va a ser imposible a la CGT DE LOS ARGENTINOS y a cualquiera de los gremios que están acá promover actos de liberación, los más mínimos actos de liberación. Porque tenemos la sanción; nos quitarán la personería, nos quitarán el edificio, nos quitarán el estatuto, nos sacarán todas estas cosas.
Por lo tanto esta segunda etapa debemos tener dos grandes preocupaciones: El pensar que nuestra sigla no tiene garantía, pensar que nuestro edificio no tiene garantía, que nuestras organizaciones van a sufrir progresivamente la acentuación de las formas de asfixia, de cerco y de estrangulamiento, por lo tanto nos preocupa el crear cuadros militantes capaces de actuar, con personería o sin personería. Es la primera condición que tenemos que mirar y al mismo tiempo que sean capaces de actuar, tanto públicamente, como en la resistencia porque ya lo hemos advertido, las formas de represión gradualmente van a ser intensificadas.
La segunda preocupación que tenemos y que forma parte de las tareas inmediatas de la CGT, es que localidad por localidad del país, pueblo por pueblo, fábrica por fábrica, universidad por universidad existan hombres, agrupaciones, que sindicales o no, estén convencidos de que la prioridad del país—junto con los salarios, junto con las conquistas sociales—, es liberarnos de todo un sistema que es la raíz y la fuente permanente de todos los males; con esos cuadros, con esos militantes, con esas agrupaciones, con esos hombres de cada pueblo, de cada localidad, de cada fábrica, de cada universidad, de todos los sectores del país, debemos elaborar las tácticas de acción para los reclamos inmediatos y para los cambios permanentes y entendemos que con esto: compañeros vamos a tener que constituir las fuerzas capaces de dar batalla en cada uno y en todos los terrenos en los cuales tenemos que terminar con los regímenes de propietarios: Allí donde haya un propietario canonizado por el sistema tiene que haber un combatiente nuestro para liquidarlo; en el campo, en el ganado, en la fábrica, en las maquinarias, en la administración, en todo lugar donde haya elementos, armas, maquinarias o cosas que sirvan para hacer sudar, para hacer sangrar, para humillar a cualquiera de nuestros semejantes, a nuestros padres y a nuestros hijos, allí tenemos que ir con el incendio para destruirlos, la forma, los métodos, por supuesto los elaboraremos con nuestros compañeros y no con nuestros enemigos.
Yo creo que en la segunda etapa de la CGT como lo manifestara anteriormente, se van a tener que crear los cuadros militantes, unidades militantes, donde lo mejor de cada pueblo, lo mejor de cada localidad, de cada fábrica, de cada empresa puedan tener la movilidad suficiente, la capacidad de acción suficiente, el entendimiento suficiente, la clandestinidad incluso suficiente como para poder operar en todos los terrenos porque hoy, cuando se está en época de resistencia, cierto tipo de acciones de masa, cierto tipo de acciones de protesta y manifestación (con las limitaciones que ello pudiera tener) se pueden hacer desde organizaciones como organizaciones sindicales, pero las organizaciones que pueden ser las capaces de tirar abajo el sistema, que pueden ser las que dan el knock-out que no ganan la pelea por puntos, sino que debe ser total, no pueden estar dentro del sindicalismo, porque sino prácticamente estaríamos encarcelando a las propias organizaciones. Por eso. en esta segunda etapa, creo yo, que todos estos grupos revolucionarios, y los hombres porque esta es una cosa de hombres, todos los hombres revolucionarios, estén en el sindicalismo, en el estudiantado, en la juventud, en agrupaciones, tendencias, tendrán que encontrarse zonalmente, localmente, para desde allí crear las organizaciones de impacto, de respuesta, de acción y que puedan disponer de los medios y elementos necesarios para lo que significa en definitiva la toma del poder.
RAIMUNDO ONGARO Cárcel de Caseros Setiembre 1969