Por Ramiro Coelho *
No es común que un teatro invite a comer y, además, abra su escenario a quien quiera compartir sus habilidades artísticas sin un casting previo. Tal vez no sea casualidad que esto suceda en un teatro de La Boca, barrio en el que obreros y artistas, durante más de cien años, han convivido y contribuido a construir una identidad cultural que acorta esa distancia entre uno y otro, creada por una industria mediática que, a fuerza de repetición y publicidad, fabrica «estrellas» en serie para el consumo masivo.
Las Tertulias son una tradición en La Boca. Fueron creadas por la Orden del Tornillo, fundada por Benito Quinquela Martín. Sus integrantes invitaban a comer a los vecinos una vez por semana fideos de tres colores con salsa y ofrecían un escenario para que, quien quisiera, cantara, recitara o actuara, con la única condición de no discutir de política, religión o fútbol.
Tampoco es casualidad que el teatro más antiguo del barrio, recuperado hace cinco años por el director teatral Rubén Rivas y la actriz Lorena Chasco, recupere esta tradición. Desde hace cinco años todos los martes la sala abre sus puertas a partir de las 21.30 hs y, al popular precio de $120, ofrece al público exquisitos fideos caseros, vino y el arte que esté dispuesto a compartir cada visitante.
Al entrar a la antesala bautizada con el nombre «Roberto Sanchez (Sandro)» lo primero que uno encuentra es una larga mesa repleta de fideos rojos verdes y amarillos, listos para ir a la olla, amasados por los propios dueños de la sala. Desde la barra se puede observar como la olla humeante se mezcla con viejos objetos y reproducciones de pinturas de Benito Quinquela y Antonio Berni. Rubén y Lorena amablemente ofrecen un vermout para los comensales que van ingresando. Existe un grupo de amigos que viene casi todos los martes explica Rubén. Y parece ser un grupo muy activo.
Leonardo, vecino histórico del barrio, muestra un libro con un viejo disco de vinilo que contiene la grabación de la última entrevista realizada al gran pintor de la La Boca y, casi inmediatamente, se ofrece de guía para mostrarnos algunos objetos de valor histórico. «Esta baranda de madera de colores fue puesta en lugar de las manijas en el cajón de Quinquela cuando murió», explica , «fue hecho de esa manera para que lo pudiera llevar la mayor cantidad de gente posible».
La mesa se arma en la misma sala del teatro, al pié del escenario. Los comensales se van sentando, mientas los dueños del teatro van sirviendo enormes platos de fideos tricolor con salsa y queso. Las charlas se entrecruzan y si bien, no se permite hablar de política, religión o fútbol, los comentarios sobre la realidad del barrio se filtran. Roberto Naone, Capitán del Club Regatas de Almirante Brown, cuenta que hace dos años los sábados y domingo organizan remadas en el Riachuelo abiertas a los vecinos para sensibilizarlos sobre la importancia de recuperar la libre navegabilidad de esa vía fluvial. Es inevitable que la conversación vaya derivando en los problemas del barrio. La falta de viviendas dignas para los vecinos o la necesidad de recuperar la Ribera como un espacio que genere trabajo, parecen ser temas siempre presentes en las tertulias. Pero llega el momento en que el arte se mete casi sin que nadie se dé cuenta. Luego de la comida y algunos copas de vino, Marcelo Paz sube al escenario y recita “Trece de Julio”, poema de Federico García Lorca que, como quien rompe el hielo, deriva en más poesías y canciones, cantadas a coro por los comensales, que continuaron hasta las tres de la mañana.
Las tertulias son una buena opción para quien quiera experimentar el arte popular de este barrio con identidad única, en el de poetas, escritores, actores de teatro comunitario, herreros escultores, pintores y muralistas expresan cotidianamente las alegrías, pesares y luchas de sus vecinos trabajadores.
Cine Teatro Brown. Todos los Martes a partir de las 21.30 hs en Almirante Brown 1376. Entrada $120.
(*) Columnista de Abramos la Boca
