El último domingo se realizaron elecciones presidenciales en Nicaragua. Con más del 70% de los votos triunfó la fórmula sandinista Daniel Ortega-Rosario Murillo. Para explicar el rotundo triunfo del Frente, Gabriel Fernández entrevistó a Carlos Aznarez, director de Resumen Latinoamericano.
El analista internacional remarcó el «duro golpe para todos aquellos que pensaron que triunfaría el abstencionismo«; y remarcó: «La prensa norteamericana y española sigue negando la realidad. Fue todo lo contrario a lo que anunciaban. Fue un golpe muy fuerte para todos los que encabezaron una brutal campaña de desinformación. Se dijo de todo, pero el gran caudal de nicaraguenses que fueron a las urnas (66%) dio cuenta que nada de eso sirvió. El FSLN ganó con el voto de la gente jóven que no conoció la guerra ni los Contras, pero si las políticas de inclusión. Por eso votaron sandinismo masivamente».
Aznarez remarcó que «Daniel Ortega levantó la bandera de los históricos principios del FSLN. Luego del brutal paso del neoliberalismo en Nicaragua aplicó medidas de urgencia para frenar todo lo que significara exclusión. Hubo avances en salud, educación, bonos alimentarios. Se abrieron ferias de la economía social. Se distribuyeron tractores entre el campesinado. El Frente logró una influencia determinante entre el campesinado. Se logró el milagro de generar algo impensable en ese país como producir energía eléctrica en forma independiente«.
Otro tema de campaña fue la construcción del canal: «Nicaragua y China firmaron los contratos para la construcción del mayor canal trans-oceánico del mundo. Este canal genera controversias por el supuesto daño al medioambiente. Pero la construcción del mismo significan diez mil puestos de trabajo. Si este canal funciona por allí pasarán barcos de gran calado y generará en Nicaragua un salto económico cualitativo», comentó Aznarez.
Banderas rojinegras. Identidad social profunda. Carlos Aznarez remarcó que «eso se vio plasmado en los festejos. Sobre todo en jóvenes y mujeres festejando con ganas. Hay muchos problemas en Nicaragua. No todo es color de rosa. Pero el optimismo pervive. La política valiente del sandinismo tuvo recompensa«.
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