
La especialista en urbanizaciones de la Cuenca del río Luján e integrante del Centro de Investigaciones Geográficas de la Universidad Nacional de La Plata, Patricia Pintos, dialogó en Feos, Sucios y Malas sobre las recientes inundaciones.
“Esto es un llamado de atención acerca de cómo se está gestionando el territorio. Es decir, las decisiones de los municipios que favorecen las dinámicas del mercado inmobiliario”, explicó. “Hay espacios próximos al río Luján que no tienen las condiciones para ser urbanizados, pero sin embargo han sido transformados en estos últimos 15 o 20 años en áreas residenciales”, agregó.
En ese sentido, Pintos dijo que “en la actualidad hay más de 9.200 hectáreas de humedales en los cuatro municipios de la cuenca baja -Pilar, Campana, Escobar y Tigre- que han restado superficie absorbente que le pertenece al río Luján en situaciones de crecidas extraordinarias como la que hemos tenido”. Esto sucede porque “son urbanizaciones cerradas particulares”. Luego aclaró que, aunque hay más de 600 construcciones de este tipo en toda la región metropolitana, preocupan en este caso particular las 65 que se ubican sobre la planicie de inundación de la cuenca del río Luján.
“El propio río tiene su planicie de inundación que forma parte del sistema hídrico. El río la necesita en situaciones de crecida para resolver el excedente de agua. Estas urbanizaciones, en búsqueda de aproximarse a un curso de agua natural que les aporte un recurso paisajístico particular, se aproximan casi hasta el cauce mismo del río”, indicó la investigadora. Pero “como ese sector, por tratarse un humedal, no tiene las condiciones para ser urbanizado, las empresas hacen tareas de relleno del terreno”. Y además “lo protegen con terraplenes que hacia afuera del terreno estrangulan el cauce del río Luján y dificultan la evacuación del excedente hídrico”.
Así, Pintos detalló: “El río se transforma en un embudo a medida que las urbanizaciones han ido poblando la planicie de inundación. Entonces pierde la capacidad de drenaje y el agua excedente se acumula en la cuenca media y superior, que es lo que explica –además de la cantidad de agua caída y de los canales clandestinos agropecuarios- que las ciudades de Luján y Mercedes permanecieran inundadas durante periodos de tiempo tan largos».
Finalmente, la especialista en urbanizaciones de la Cuenca del Río Luján criticó dos proyectos que están en marcha -el “Remeros Beach” en Tigre y «Verazul»en Pilar- y remarcó la necesidad de establecer un plan a largo plazo. “Se está planteando la posibilidad de construcción de reservorios. Pero además de obras paliativas, hay que empezar a tomar decisiones en términos de planificación territorial. Si vamos a dejar que se sigan habilitando estas construcciones, el problema tenderá a agravarse a futuro”, afirmó.
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