El politólogo y miembro del Instituto Nacional de Revisionismo Histórico Argentino e Iberoamericano Manuel Dorrego, Marcelo Gullo estuvo el sábado en el programa De acá para Allá explicando su teoría de la «Insubordinación Fundante”, la cual resume los procesos de desarrollo e industrialización de las naciones que llegaron a convertirse en países industriales.
Así, en diálogo con los “Vidal”, Gullo expresó que “los medios hegemónicos, en radios y diarios nos dicen en un 90 por ciento que hay que portarse bien y estar conectados con el mundo y resulta que cuando más se está conectado con ese mundo, peor nos va. Hay países subordinados y países insubordinados y quienes mandan lo hacen en beneficio propio. Por eso hay que afirmar nuestro propio interés, rechazando lo que nos dicen de afuera, como decía Arturo Jauretche: “quien nos da la receta es quien nos quiere vender el producto”. Por eso, la única forma de salir adelante que tiene un pueblo es rechazar la ideología que desde el imperio nos inunda y que dice que el Estado no tiene que hacer nada, ni intervenir en la economía ni generar barreras proteccionistas e insubordinarse ideológicamente”.
Al profundizar, Gullo, – autor de los libros “Conversaciones con Alberto Methol Ferré”; “La historia oculta. La lucha del pueblo argentino por su independencia del imperio inglés”; “Insubordinación y Desarrollo: las claves del éxito y el fracaso de las naciones” y “la Teoría de la Insubordinación Fundante, Breve historia de la construcción del poder de las naciones”, entre otros-, señala que “se de encontrar un político, un conductor capaz de construir en serio y hacer un impulso estatal adecuado, de potenciar lo que se tiene para luego realiza una insubordinación fundante, que es un acto que va a fundar un Estado para la grandeza de una Patria”.
Ante la pregunta de unos de los Vidal si la Argentina actualmente está realizando o va en dirección a efectuar esta teoría, el politólogo rosarino manifestó: “se puede realizar si se piensa en un proceso histórico; insubordinarse no es un acontecimiento. Es a lo largo del tiempo realizar una construcción teniendo en cuenta la realidad del tiempo y del mundo”.
“Creo que en los próximos veinte años vamos a asistir a una gran oportunidad histórica para los argentinos. A Juan Domingo Perón o a Rosas les pasaba que la potencia hegemónica era al mismo tiempo el comprador principal de nuestros productos y a su vez su vendedor principal de esos productos que nosotros importábamos. Entonces la potencia hegemónica era la dueña de la deuda externa. Por lo tanto cuando uno se insubordinaba, las circunstancias se reducían. Ahora, por primera vez en la historia, y se no ocurrió jamás, la potencia hegemónica es el comprador de nuestros productos, que es China, y el dueño de la deuda es otro lo que brinda al país un margen de maniobra más importante del que cualquier otro conductor del país tuvo en la Argentina”, expresó el historiador.
Sobre las ideas del desarrollismo en tiempo de Arturo Frondizi, Gullo, especializado en Relaciones Internacionales, señaló que “Rogelio Frigerio convence a Frondizi en la idea de industrializar el país, cuestión que el radicalismo nunca había entendido. Hipólito Yrigoyen no comprendió que la clave de la independencia argentina era tener un país industrial y no estar sometido a la división internacional del trabajo que vendía solo materias primas y que no produce medicamentos ni acero ni aluminio. La importación de capital extranjero no aceleró los tiempos de la industrialización, tal explicó el pensador peruano Víctor Raúl Haya de la Torre en su libro “El antiperialismo y el APRA (Partido Aprista Peruano)”, de que solo es posible crear industria si hay un Estado revolucionario y anti imperialista que sepa negociar con ese capital extranjero. Todo cambia si ese capital impone sus condiciones trasladando la mímica y no la modernidad, es decir, si se instala una fábrica de automóviles, pero no se enseña el diseño para construir el motor. Para hacer una insubordinación fundante real hay que saber hacer el diseño y su construcción, como se hizo en tiempos del Pulqui 1 y el Pulqui 2”.
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