
Conventillos coloridos, un tango que resuena en alguna habitación de chapa y madera. Caminito, el viejo Puente y un paisaje más que pintoresco. Turistas que circulan y capturan con sus modernas cámaras esa fachada que les ofrece La Boca, sin dar cuenta de las historias que se esconden detrás. Historias que merecen ser contadas, tal como lo hizo Eduardo Grossman en su muestra fotográfica “Artistas, en alma de La Boca”, inaugurada el sábado 27 de junio en el Museo Benito Quinquela Martín.
“El inspirador de esta muestra fue uno de los artistas, Fernando ‘Coco’ Bedoya. Fue él quien, cuando empecé a hacer producciones de cuadros, me presentó a sus amigos. Todos unos personajes con lugares maravillosos. Entonces pensé que era una buena idea trabajar sobre ellos”, aseguró Grossman. Y agregó: “El mundo del arte me atrae desde siempre. Hay mucha libertad, color y gente que sale de la norma. Eso me ayudó al momento de componer las fotos”.
La emoción estuvo presente desde el comienzo de la inauguración. La alegría y el entusiasmo, desde el momento en que cámara registró los rostros de aquellos hombres y mujeres que hacen del arte una forma de vida. “Siento una felicidad inmensa porque me dieron una oportunidad que no esperaba. Nunca había pasado por una experiencia así. Siempre fotografían las obras, no a mí”, confesó María del Carmen Cruzado, una de la pintoras retratadas. Por su parte, Miguel Ángel Cabezas, otro de los artistas que integran la muestra, expresó: “Uno a veces se desmerece y no se imagina recibir algo así. Es ahí cuando no encontrás las palabras para estar alegre”.
“Artistas, el alma de La Boca” exhibe más de treinta retratos de pintores y escultores pertenecientes al barrio y estará expuesta hasta el 9 de agosto en la Sala Sivori del Museo Benito Quinquela Martín.
EC / GF / RG