
Por Valeria Rodríguez*
Al pensar en La India lo primero que se nos viene a la cabeza es el movimiento pacifista de Mahatma Gandhi y la maravillosa espiritualidad, además de los olores especiados del curry y la canela pero en realidad no es más que una visión turística y desdibujada de la realidad del lejano oriente.
La India, no solamente continúa con sus sistema de castas y desigualdad social histórico sino que las estadísticas de violaciones en masa a mujeres son realmente espeluznantes, ya que se registra una violación cada 22 minutos.Las cifras de abusos sexuales contra las mujeres se han disparado un 1.250 por ciento en los últimos 40 años hasta 2013, año que ha registrado, el mayor número de casos «oficiales» al menos 33.707.
Por otra parte, las violaciones a los Derechos Humanos por parte de este país son denunciadas por varias organizaciones no gubernamentales como Amnistía internacional e incluso la onu principalmente en uno de los temas más candentes de los últimos días, la causa de Jammu y Cachemira.
Esta zona se ubica en el límite con La índia y hasta el martes pasado contaba con un régimen especial autónomo sustentado por el Art. 370 de la constitución de la India pero el primer ministro indio, el martes decidió revocar ese artículo lo cual desató una fuerte represión militar contra los activistas que protestaban por tal decisión, es así que hoy en día las comunicaciones telefónicas e internet están bloqueadas por el sistema de seguridad indio, lo cual viola el derecho a la información impidiendo conocer fehacientemente la situación de miles de cachemiros.
¿Que dice el Art. 370?
Luego de la creación de Pakistán y la India como estados occidentales tras el proceso de descolonización, las zonas aledañas debieron elegir con cuáles de los nuevos países anexarse, es así que Cachemira se dividió en tres zonas administradas por Pakistan China y La India respetivamente.
Entonces la administración quedó así: en el norte administra Pakistán, el este China y el sur la India pero es aquí donde surge la problemática. Cabe destacar que entre Pakistán y la india hay una línea de seguridad administrada por la Onu que abarca 140 kilómetros.
La zona que limita con La India, Jammu y Cachemira es bastante particular y podemos decir que es el quid de la cuestión, ya que luego de una serie de guerras civiles y disputas, consiguió un régimen especial autónomo sustentado legalmente por el Art 370 de la constitución india que no sólo reconoce la conformación de un gobierno propio sino que aseguraba de alguna manera un régimen especial para la mayoría musulmana que habita la zona, ya que no permitía (hasta el martes) que los indios compraran tierras en Jammu y Cachemira.
Pero, como era de esperar, existe otra contraparte en el “régimen especial de Jammu y Cachemira” ya que , Nueva Delhi tiene la administración de la seguridad y las comunicaciones, que han sido utilizadas como herramientas represivas durante al menos tres años.
Desde 2017, año en el cual las protestas se han recrudecido, los militares indios y la policía de Jammu y Cachemira han cortado las comunicaciones por períodos cortos, justificando esto con la presencia de “agrupaciones terroristas pakistaníes”, según el gobierno central es para desarticularlos pero la realidad es que eso afecta directamente a la sociedad civil.
Tras la revocación del Art. 370, el aumento de la militarización es enorme, de hecho el miércoles el secretario general de la Onu se pronunció sobre la situación de represión y violencia en la zona.
A pesar de esto, Naciones Unidas están atadas de pies y de manos y solamente pueden actuar dentro de la línea de control declarada así desde 1972. Cabe destacar que desde 1990 la Asociación de Padres de Personas Desaparecidas de Jammu y Cachemira , Apdp, denuncian las desapariciones forzadas por parte de las fuerzas inidas pero Naciones Unidas no puede investigar ya que la India no les permite hacerlo y de acuerdo con el derecho internacional, Naciones Unidas debe pedir permiso a los países para poder investigar este tipo de casos.
En el caso de Jammu y Cachemira a pesar de contar con cierta autonomía, la cuestión de seguridad está en manos de Nueva Delhi que no permite la incursión en este tema por parte de la Onu. Por lo tanto las cifras estadísticas que se manejan son las de algunas Ongs que se ubican en la zona y hacen lo que pueden.
Como se dijo anteriormente, el Art. 340 aseguraba de alguna manera que la mayoría musulmana de Jammu y Cachemira pudiera confeccionar su propia constitución y leyes (salvo en lo que respecta a defensa y comunicaciones). Este punto es central para comprender el accionar indio que desde fines del 2018 comenzó a bloquear el derecho de tal comunidad a contar con sus propias instituciones educativas e incluso deslegitimar los títulos educativos pertenecientes a instituciones educativas de Jammu y Cachemira aduciendo que existe una influencia de movimientos terroristas, por supuesto que esto terminó en grandes manifestaciones reprimidas por las armas “no letales” pellets que utilizan las fuerzas militares indias.
A su vez, el corrupto “gobierno autónomo” de Jammu y Cachemira, envió una semana antes de la decisión de revocación del famoso artículo por parte del Primer ministro indio, Narendra Modi, una serie de notas declarando el toque de queda y la situación compleja en lo referente a la provisión de agua y de servicios, lo cual por supuesto, aterrorizó a la sociedad. Muchos de ellos temen que pudieran ser desalojados y desplazados forzosamente de sus propias tierras tal como se hizo con los palestinos, hasta el momento, las autoridades estiman que al menos 20 mil personas dejaron la zona.
Por su parte, el Primer ministro pakistaní Imran Khan, sostuvo este martes que lo que intenta hacer el gobierno indio es una “limpieza étnica” e incluso pidió intervención internacional, Khan cuenta con el apoyo de China que sostiene que la salida del conflicto es a través del diálogo entre India y Pakistán.
China, India, Pakistán y Estados Unidos
Estos cuatro países juegan un papel importantísimo en la causa de Cachemira y principalmente tiene que ver con la ubicación geoestratégica de la región que en parte beneficia la incorporación de la nueva ruta de la seda china, lo cual molesta decididamente a los Estados Unidos que apoyan parcialmente a la India, recordemos que el mes pasado en medio de las reuniones entre Rusia, China y los países asiáticos, Modi recibió a Pompeo en su país.
La disputa central tiene que ver con el nuevo orden mundial y las posiciones divergentes entre Estados Unidos y China que son los que detentan el poder con diferentes estrategias políticas.
La política exterior de Estados Unidos se centra en dividir, romper y militarizar todo lo que se encuentra a su paso, mientras que China busca el consenso para lograr el cometido de la famosa nueva ruta de la seda que permitirá obtener el poder económico casi absoluto. Es así que las coaliciones están casi claras a pesar de que Tump hasta el momento no se pronunció en apoyo a La India.
Las políticas de miedo, manipulación y cercamiento mediático que se utilizaban durante los golpes militares de fines de los años 70 en América Latina, hoy son aggiornados y utilizados por los gobiernos de derecha en otras zonas como es el caso de la India que bajo la apariencia de “la democracia pacifista de Gandhi” aterroriza y manipula políticamente a Jammu y Cachemira con el objetivo de tener la hegemonía de la zona, lo cual permitiría a los Estados Unidos hacer base allí poniendo un palo en la rueda a China que tampoco es un santo y también busca la hegemonía del poder del nuevo orden mundial.
(*) Analista internacional y co-conductora de Feas, Sucias y Malas