La Jefatura de Gabinete Nacional, informó esta semana cuánto dinero se gastó en pauta oficial en distintos medios de comunicación. El dato más sobresaliente de su informe es que el monto invertido en los primeros seis meses de 2019 es igual al total de 2018.
Agustín Espada, investigador del portal web LetraP, conversó al respecto en el aire de Radio Gráfica. En diálogo con Abramos la boca indicó que «la publicidad oficial se metió en la campaña, sobre todo en mayo y en junio. Hubo una gran inversión del gobierno nacional en publicidad oficial, que iguala todo lo que se gastó el año pasado. Cabe aclarar que en periodos electorales, en los veinticinco días previos a las PASO, la primera ronda o al ballotage, el gobierno tiene prohibido por ley hacer uso de publicidad oficial, por lo tanto no puede pautar. Hay que ver cuando estén los resultados del segundo semestre del año si los límites impuestos por la ley se cumplieron o si ayudaron a disminuir el gasto«.
El entrevistado agregó que «la ley de ética pública establece que en los mensajes de publicidad oficial no se puede hacer fomento de la imagen de funcionarios públicos, y tampoco puede tener usos de política partidaria como incluir los colores del partido gobernante en las campañas de publicidad oficial. Es una regulación externa al sistema de medios, pero la roza lateralmente. La otra regulación que existe es una resolución aprobada por este gobierno en 2016 de manera unilateral, es decir que no pasó por el Congreso. Establece cuatro criterios bastante discutibles de distribución, a saber: la audiencia del medio, la pertinencia del mensaje, por ejemplo campañas de salud en regiones determinadas, la zona geográfica del medio, y el fomento a la pluralidad de voces. En teoría el gobierno pauta de acuerdo a estos criterios. Lo que nosotros vemos es que lo único que se utiliza es darle más dinero a los que más audiencia tienen«.
Finalmente Espada puntualizó que «de todas formas es razonable que un gobierno paute en los medios de mayor alcance si desea llegar a la mayor cantidad de personas. Por ese lado es lógico que entidades como el Grupo Clarín, Viacom-TELEFÉ o el Grupo América encabecen la lista. Pero al mismo tiempo es problemático porque la política de distribución de publicidad oficial es la única política de inyección de dineros públicos en el sistema de medios que tiene el gobierno nacional. Como no existe un programa de fomento a la producción de contenidos nacionales informativos y de entretenimiento que no se rige por los criterios de audiencia, la publicidad se convierte en un herramienta de supervivencia para cualquier medio, grande o chico. Estos desniveles y esta concentración terminan transformándose para tergiversar las condiciones del mercado».
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