Por Diego Cessario (*)
Con una gran actuación colectiva, Boca derrotó 1 a 0 a Parananse en Curitiba. Partido de ida de Octavos de Final de Copa Libertadores de América. El encuentro se definió con gran gol de Alexis Mac Allister, debutante con la azul y oro.
Luego de un semestre de transición y dos pretemporadas, anoche fue la hora señalada para Gustavo Alfaro. Las dudas que existían quedaron despejadas apenas comenzado el encuentro. Se vio un equipo ordenado, fuerte, sólido, con buen criterio para recuperar, cuidar y manejar la pelota.
En la vereda de enfrente, el local arrancó con muchas ganas aprovechando la banda de Emmanuel Más. Con el correr de los minutos, Boca fue cercando a Paranaense, quién no tuvvo otro camino que rematar desde afuera del área para intentar incomodar a Andrada.
Si bien Boca sufrió algunas incomodidades, nunca la pasó mal. Andrada respondió como nos tiene acostumbrados, dando una seguridad como hace mucho tiempo no se ve en el arco Xeneize. Weigandt jugó un gran partido, marcando primero e intentando sumarse al ataque después, con criterio y seriedad para manejar el balón. Paolo Goltz y Junior Alonso estaban en el foco de la tormenta para ver cómo se desempeñaban y, excepto alguna desinteligencia, cumplieron con creces. Emmanuel Más sufrió por su sector, pero a diferencia de Weigandt, el lateral sanjuanino no contó con un Nández que le de una mano por su sector ya que Mac Allister no tiene las mismas características.
Nahitán Nández fue la figura del equipo. Corrió, metió, llegó hasta el fondo, dio una mano a su lateral y empujó al equipo como debió haberlo hecho todos estos años en Boca. El detalle es que, en todos estos años, siempre había jugado de doble 5 y no de 8, como anoche. Increíble…
Marcone junto a Capaldo hicieron un gran trabajo. Van al choque, estorban, hacen barullo y, cuando recuperan la pelota, salen rápido para los que están adelante. Falta aceitar el mediocampo pero, teniendo en cuenta la instancia, el rival y la condición de visitante, podemos afirmar que ambos cumplieron.
Donde sí se notó que hubo carencia fue en la sociedad entre Mac Allister y Zárate. Ayer aparecían pero en casos aislados. Costó mucho que se juntaran para crear juego a un Wanchope que, cuando tuvo dos situaciones claras de gol, no las supo aprovechar. El que sí la aprovechó fue Alexis Mac Allister. El hijo del ex lateral acertó una pelota que le dejó apenas muerta Carlos Tévez y sacó un remate que se terminó colando en el ángulo de Santos, sin que nada pudiera hacer. Soñado debut para el ex Argentinos Juniors.
Ya en el complemento, Gustavo Alfaro metió mano en el banco e hizo ingresar a Hurtado, Reynoso y Tévez por Wanchope, Mac Allister y Zárate para darle un poco de frescura a un equipo que no paró de correr y meter durante 70 minutos sin perder el ritmo.
Un punto a favor para el Xeneize fue haber jugado en cancha de césped mixto sin sufrir los errores de manejo de balón, como sucedió en el partido de la fase de grupos.
El punto negativo, unas vez más, fue el referee y el VAR.
Más allá de no ser falta, el árbitro termina amonestando a Andrada cuando, en todo caso, la amarilla podría haberla recibido Emmanuel Más.
Nada en el VAR queda claro. Excepto que, indiferentemente del equipo que sea perjudicado, la idea es matar este sistema de justicia porque sino se caen negocios millonarios. Por suerte para nosotros, cada tanto, la vida nos tira una a favor y hace que el rival yerre el remate.
Boca dio un paso importante arrancando con este triunfo en Brasil. Un triunfo que da confianza, que hace ilusionar, que hace que en La Bombonera tengamos que seguir pisando con fuerza para seguir creciendo y sumando; pero, despacio y con calma, tampoco hay que dejarse llevar porque, al igual que ayer, todos sabemos que el Xeneize en Copa Libertadores no sólo tendrá enfrente a un rival con 11 jugadores, sino también, al VAR y a la CONMEBOL.
(*) Periodista. Abrí la Cancha. A lo Boca.