
Ignacio Montoya Carlotto, pianista, compositor y arreglador. Su vida cambió en agosto de 2014 al transformarse en el nieto recuperado 114, con una particularidad: ser nieto de Estela de Carlotto, titular de Abuelas de Plaza de Mayo.
Entrevistado por María Vuotto y Claudio Rocca en De Rock y Freud, el músico olavarriense trató con singular sensibilidad su relación con la música, el psicoanálisis y la búsqueda de las identidades.
En el aire de Radio Gráfica, Montoya Carlotto brindó su testimonio:
«Mi bichito por la música nació a los nueve años. Vivía en Colonia San Miguel, un pueblito muy pequeño a treinta kilómetros de Olavarría. No teníamos televisión y sólo había una radio AM. Pero una vez llegó una orquesta al pueblo. Ver y escuchar aquellos músicos fue impactante. Descubrí lo que quería ser«.
«Soy de una generación pre-internet. Los amigos me prestaban música. Así fui descubriendo diversos géneros, sin orden cronológico. Comencé tocando música tropical y luego rock. En la secundaria, por azar, un amigo me prestó discos de jazz. Con esa idea fui a estudiar música a Buenos Aires».
«Mi nave insignia es el Septeto. Pero también tengo desprendimientos en los cuales puede transformarse en trio o duo. Son diversos proyectos en los cuales puedo hacer lo que me pasa por dentro. Todas esas músicas que a su vez no es ninguna de ellas.
«Hago terapia hace años. No creía en ella hasta que la necesité. Actualmente, hago terapia en grupo. Una experiencia fantástica que me permitió sortear momentos difíciles y atravesar mi encuentro familiar»
«Hay un eje que me resultó muy interesante que es la construcción de la identidad. La que se hereda y la qué se adopta. La relación de un hijo con su madre es una adopción mutua por más que exista un vínculo biológico».
«Mi historia está ligada a la historia del país. No recuperé la identidad sino que construí una durante años. Es dificil comprender ese criterio pero quien está siendo buscando no sabe de ello y tiene su sitio de pertenencia desarrollado. En su momento eran criaturas las buscadas, hoy son personas mayores de cuarenta años con otro tipo de cimientos».
«Otra contradicción fue la idea de recuperar algo. No crecí en un balde. Me vi en la situación de entender que conocer mis orígenes biológicos es importante en la construcción de identidad. Que no derrumba lo anterior pero sí lo acomoda«.
«Antes de encontrar mi historia era un ciudadano informado. A comienzos de 2014 me enteré que soy adoptado y mi primer impulso me llevó a escribir a Abuelas. No por curiosidad, sí por responsabilidad civil. Yo tenía mis figuras paternas y maternas bien cubiertas«.
«Mi arte cambió desde agosto de 2014. No en lo estético si en su relación artística. Se hizo más afectiva. Una especie de batalla entre la Bella y la Bestia. Comencé a componer y no apropiarme de la música de otros»
«Cada uno encuentra lo que le parece y es el valor máximo de lo que estamos haciendo»
CA/GF/RG