
Claudio Orellano, locutor y periodista, dialogó en La Señal sobre Héctor Ricardo García a pocos días de su fallecimiento. Para recordarlo y homenajear la figura que representa para el periodismo argentino.
Entrevistado por Gabriel Fernández, evocó que «venía leyendo su libro «Cien veces me quisieron matar». Estaban haciendo selección de locutores y me presenté. Pensaba quedar como la voz de las promociones, pero ya tenían a Ariel Delgado. Y quedé al frente del noticiero. Hace pocas horas me llamaron para el homenaje que le rindieron en el canal Crónica TV. Pero fui yo quien provoqué ese llamado, porque me ocupé de contactarme con el director del Grupo Crónica para insinuarles que era una verguenza que a lo largo del día no me había llamado. Estaba indignado, porque sin soberbia fui la cara más popular del canal».
«Y me voy a cobijar en las palabras de una gran crítica de espectáculos. Ella me decía, Claudio, que fenómeno lo tuyo con Crónica TV. Yo le decía, Crónica me hizo famoso y ella me respondía, no solo Crónica te hizo popular, vos hiciste popular al canal», comentó el locutor.
Recordó la figura de García en el periodismo: «era un fotógrafo profesional y un reportero gráfico, a través de sus principales medios como Así es Boca y la revista Así, de color sepia por esos años. Ese era su estilo, hizo un periodismo a través de las fotos. Lo demás eran textos muy simples, sintéticos, de una gran síntesis. Él era un tipo muy libre y así como era libre, te permitía ser libre».
«El sábado partió el último gran animal de la televisión argentina y del periodismo televiso y de la gráfica, sin lugar a dudas. No solo fue el inventor de las placas rojas sino fue el inventor de todo, si se quiere. El creador del primer multimedia en la década del 70. Teniendo Tele 11, el Diario Crónica y Radio Colonia. Posteriormente compró el diario el Atlántico y tenía 3 ediciones de Crónica diario».
«Recordemos que por el año 63 y el 84 –añadió– vendía más de 700 mil ejemplares y llegó a vender mas de un millón en los años 70, en sus tres ediciones. Que después el gobierno de Isabel Perón clausuró e inmediatamente sacó Última Hora con el mismo impacto. También lo hizo con el canal de cable, lanzó Crónica TV. Había comprado hasta telepronter. Pero como el canal ofrecía imágenes en bruto, teníamos que improvisar sobre la marcha. Por ejemplo en la tragedia del LAPA, del año 97. Recuerdo que al otro día se filmó todo el Aeroparque metropolitano y llegaban esas imágenes en bruto. Y el Gallego me dice: hablá sobre lo que veas. Era así Crónica TV, tenías que relatar lo que estabas viendo. Instantaneidad pura», manifestó el periodista.
Agregó «llevó una vida muy intensa. Fue secuestrado por los integrantes del Ejército Revolucionario del Pueblo (ERP) y luego, también, secuestrado por la dictadura genocida. Le tiraron una bomba a su complejo Estrella, en la década del 70».
Orellano declaró cómo ingresó a Crónica «a través del libro me entero que el Gallego tenía la idea de un nuevo canal de noticias para competir con TN. Su obsesión, como siempre, era el Grupo Clarín. Me interesó la idea. Un día hablé con Rosita Suero, una gran productora televisiva, y me dijo que charle con Cacho Paredes en el canal porque parecía que estaban armando algo. A Cacho le dije directamente: quiero ser la voz institucional del canal. Ni siquiera le dije que quería ser conductor del canal. En ese momento me dijo que no había lugar para la voz institucional porque ya tenían una, ya tenían pensando llamarlo en algún momento a Ariel Delgado»; añadió «y entonces agarré la lapicera y me anoté al final. Nos convocaron para el 26 de noviembre del año 93. Y al primero que lo hacen pasar, fue a mí y a Mariana Clark, una conductora. Cuando terminamos de dar la prueba, como y me dijo acá tenemos una lista, con muchos periodistas nuevos. Pregunté si podía anotarme. Siempre muy estridente mi forma de presentar, nada coloquial. Gavilán que estaba con García le dice a la segunda pareja: les pido porfavor que a partir de ahora todos presenten como Orellano. Quedo demostrado ahí, que ya había sido seleccionado».
En relación a sus vivencias compartidas, comentó «yo formaba parte del círculo de privilegiados de García. Yo era uno de los seleccionados para visitar su casa cada tanto. Ir a comer a la casa de él, a disfrutar una parrillada. Nos sentaban a todos a la mesa. El Gallego tenía un gran televisor y mientras comíamos se ponía a ver Crónica TV y los canales de la competencia, entonces él iba marcando lo bueno y lo malo de cada canal y de cada conductor. Era un obsesivo. No paraba de ver televisión. Era su vida el canal».
«Yo terminé peleado con él, cuando decidió bajar los sueldos en el 2000. Actuó como todos los empresarios, pero lo bueno era que podías hablar directamente con él ante cualquier inconveniente. Tenía la virtud de escucharte», resaltó.
Entre risas, evocó una anécdota de su entrevista a Eduardo Alberto Duhalde. La charla fue filosa. Entonces García le preguntó si estaba muy nervioso y exaltado, porque estaba maltratando al entrevistado y entonces le dijo «le pido por favor no me lo maltrate porque es el tipo que nos paga los sueldos».
Finalmente recordó otras virtudes del Gallego «era un peronista que no decía que era un peronista, pero su corazón lo era. Uno no puede sustraerse, cuando murió Perón, a esa tapa de Crónica impactante donde decía en letra imprenta «Murió» y era impactante verlo. Eso lograba García con una sola palabra. Te hacía un editorial, te definía un desenlace y una situación política embarazosa para el país. Porque cuando muere Perón, deja una situación compleja en el país. Uno se sentía como desprotegido, huérfano. El día de la muerte de Perón era un día soleado y de pronto ese silencio sepulcral asaltó a la Ciudad de Buenos Aires, después vinieron días de lluvias intensas y todo un pueblo despidiendo a su líder. García graficó todo esos momentos».
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