
Por Valeria Rodríguez*
El pasado domingo se llevaron a cabo, por segunda vez luego del fallo de la Autoridad Electoral turca, las elecciones de Estambul, una de las ciudades más importantes en tamaño e importancia cultural, a pesar de ser elecciones locales, llamó la atención que quien ganara los comicios fuera un personaje nuevo de la política.
Ekrem İmamoğlu, un ex empresario de la construcción logró el 54,03% de los votos y se convirtió en el principal oponente de Erdogan y el alcalde de Estambul.
El flamante nuevo alcalde es una figura medianamente nueva, ya que su experiencia data de 2014 en la alcaldía del distrito de Beylikdüzü de la misma ciudad.
La presencia de estas nuevas figuras en la política internacional no es casual y se lo puede relacionar a una nueva etapa del posneoliberalismo.
En los últimos tiempos se dio un proceso de deslegitimación de la clase política, es decir del político como tal y contrariamente un advenimiento de la clase empresaria como un “aire nuevo”, es así que figuras como Emmanuel Macron en Francia fueron elegidas muy positivamente por el pueblo, aunque después el accionar de su gobierno haya sido totalmente opuesto con esto nos referimos a la implementación de las políticas neoliberales y represivas.
De intento de golpe por derecha al golpe blando por izquierda
En 2016 se desarrolló en Turquía un intento de golpe de estado en el cual parte de las fuerzas de seguridad se levantaron en contra del gobierno de Erdogan dejando 251 muertos y casi 2500 heridos en lo que fue una campaña financiada por los Estados Unidos de la mano del “clérigo” Fethullah Gülen.
Cabe destacar que este personaje apoyó en su momento a Erdogan para que consiga llegar al poder ya que cuenta con fuertes lazos con el sistema judicial y de seguridad del país, así como también una red de organizaciones no gubernamentales en más de 150 países incluso en el suyo.
Gülen desde su autoexilio en Estados Unidos,capitaneó el golpe fallido y la lectura que se hizo en su momento tuvo que ver con que Erdogan se había definido por apoyar a Siria y comenzaba a coquetear con China.
Ahora bien, una de las consecuencias que dejó el golpe fallido fue una serie de reformas en el estado que aumentó el nivel de desocupación principalmente en Estambul que aportó a la fuerte recesión notable en las grandes ciudades.
El aumento en la desocupación,la pobreza y la inflación además del impacto de los conflictos aledaños con la presencia de gran cantidad de refugiados son algunas de las cuestiones que dejan sin dormir a los turcos.
El golpe fallido demostró que el camino para sacar del juego a Erdogan no es a través de la violencia sino más bien la “democracia” y para ello se debe impulsar una figura con un discurso pacífico, secular y rimbombante, İmamoğlu, puede ser el ensayo inicial como lo fue, salvando las distancias, Mauricio Macri en la Ciudad de Buenos Aires que tras una gestión que maquilló la ciudad de «obras de Infraestructura» sencillas como el metro bus y la utilización de la publicidad a gran escala lo llevó a la presidencia.
La agenda de İmamoğlu
Los principales seguidores de İmamoğlu son los jóvenes que se ven influidos por el discurso nacionalista turco del partido republicano del pueblo, Chp, el cual representa el nuevo alcalde de Estambul.
Los principales temas que impulsaron su candidatura giraron en torno a la educación, la salud, la cuestión del género, la reducción de la pobreza y la ejecución de obras públicas, principalmente de transporte público y marítimo, además de criticar la situación económica actual por el «mal desempeño de la administración anterior».
İmamoğlu cuenta con una maestría en recursos humanos y por lo tanto una de las principales promesas es la creación de 200.000 puestos de trabajo para los jóvenes y para las mujeres así como la creación de al menos 20 centros de salud de género.
Por otra parte, el tema de la construcción de infraestructura también le resulta fundamental para la ciudad, teniendo en cuenta que viene de familia de empresarios de la construcción, por lo que presentó un proyecto de sistema de red integrado hasta el año 2029 a través del cual se mejoraría el sistema del metrobús construyendo 640 kilómetros además de otorgar descuentos para los viáticos para los menores de edad y los jóvenes hasta 25 años.
Los grandes medios de comunicación pusieron el foco en su campaña como “candidato que llega al pueblo” donde se lo mostró como un hombre común bastante aperturista e integrado y teniendo en cuenta que es secular, se mostró participando de reuniones con musulmanes ( que durante su campaña estaban en ramadán) e incluso se mostró con niños y rodeado de familias. Su discurso siempre fue sentimental e inclusivo y pudo verse presente tras conocerse los primeros resultados que lo dieron como ganador donde sostuvo que se abre una nueva página para la ciudad donde “habrá justicia, igualdad, amor».
(*) Analista internacional | Co-conductora de Feas, Sucias y Malas