El problema de la vivienda en la Ciudad de Buenos Aires sigue resolviéndose a favor del negocio inmobiliario en vez de favorecer las necesidades de la población. Ileana Llanos, presidenta de la Cooperativa de vivienda Papa Francisco del barrio de Parque Patricios, evidenció como resisten el intento de desalojo del establecimiento de Santa Cruz 140, en el que viven 100 familias, ante la presión del empresario privado que compró el terreno.
En diálogo con Lautaro Fernández Elem y Leila Bitar, Llanos explicó que «Leonardo Ratuschny compró el inmueble en una subasta con nosotres, que habitamos desde 2002, adentro. El juicio de desalojo comenzó en 2010. Nos ofreció quedarnos a condición de que nos cobrara los servicios de hotelería. Decidimos resistir porque hay una necesidad de no quedar en la calle. Somos cien familias que no tenemos a dónde ir. Apelamos la sentencia, porque entendemos que la sentencia beneficia a la propiedad privada por encima del derecho a la vivienda digna. En nueve años de proceso judicial, nos organizamos como cooperativa de vivienda usando las herramientas del Estado. Es decir que el Instituto de la Vivienda de la Ciudad (IVC) sabe de la existencia de nuestra casa, pero el presidente Juan Maquieyra no nos quiere recibir«.
La entrevistada también indicó que «hay un tema de doble jurisdicción. La ciudad no se quiere hacer cargo porque dice que pertenece al ámbito nacional, mientras que de ese último tampoco presionan. Mientras la ciudad no se haga cargo vamos a seguir en la misma, y estamos casi en la calle. En toda la zona sur hay situaciones parecidas. Los desalojos se van dando de manera fragmentada. Dos familias acá, tres allá… Hay necesidad de tejer redes. Además hay una cuestión de género. Somos las mujeres las que nos tenemos que hacer cargo de la crianza, de trabajar, y encima de resisitir desalojos. ¿Dónde están las políticas de estado para nosotras y nuestros hijes? No hay voluntad de llevar una solución real y definitiva a las familias. Todas las mesas de trabajo que intentamos siempre se vieron truncadas, entonces quedamos a la deriva«.
Finalmente Llanos señaló que «las casas que resisten logran, por ejemplo, estirar los plazos. Ese tiempo es fundamental para la organización, porque después hay otra forma de pararse frente al desalojo. Durante la gestión de Emilio Basavilbaso en el IVC, trece familias en un hotel de la avenida Brasil resistieron y lograron que haya voluntad política. Ahora la situación se complicó porque se están desfinanciando las leyes de apoyo a cooperativas«, y concluyó informando que «nos pueden ayudar compartiendo los flyers que vamos haciendo o acercándose a las asambleas en nuestra casa para interiorizarse acerca de nuestra situación. No somos los únicos con este problema, pero sí somos el desalojo más grande que puede haber este año«.
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