Por Camila Hernández Benítez*
Hace casi un año “Destilar” (2018) viene pisando fuerte y presentándose en muchos lugares de Argentina, Uruguay y Latinoamérica. Nuevamente fue el turno de Buenos Aires, con tres Teatros Flores agotadísimos y una lista que, muy discretamente, dejó entrever que poco a poco comienza la despedida del último disco de La Vela.
Hasta las últimas presentaciones de la banda Uruguaya (Club Ciudad, Cosquín Rock, Konex) se venían tocando todas las canciones del disco, pero llegó la hora de empezar a seleccionar cuáles quedaban en la lista y sumar algunos clásicos de discos anteriores.
La eterna discusión de los discos
Parte de este último año de La Vela Puerca estuvo marcada por una especie de reencuentro con “El Impulso” (2007), disco que -en mi opinión- no estuvo lo suficientemente valorado por el público en su momento. En todas las presentaciones, las canciones de este disco sonaron mucho más en cantidad que otros. Y el público lo celebró con creces.
A media cuadra del teatro veo varios grupos de amigos tomándose una birra, amontonados en algún techito para escapar un rato de la garúa insoportable que los recibía en flores. Y todos están en la misma: que me contaron que el miércoles tocó “El Señor”, que mirá si hoy suma alguna otra de “El Impulso”, que por qué no les gusta tanto “Destilar” como los otros discos… En fin.
Presiento que, dentro de un par de años, estaré escuchando la misma conversación, pero cambiando los nombres. Que si “Destilar” no fue valorado en su momento, que por qué no hace más canciones de ese disco… ¡Hora de entrar, muchachos! Basta de tanto debate y a disfrutar la segunda de tres noches bien veleras.
Toques chicos vs Toques grandes
Siempre me gustó ver a La Vela tocar en lugares chicos. La respuesta es muy sencilla: se disfruta diez veces más. Todos lo disfrutan diez veces más: la banda y el público. Lo han dicho el Enano y el Cebolla en infinidad de entrevistas; poder tocar mirando a la cara a la gente, teniéndolos tan cerca, personalizando el show, no se compara con nada. Para quienes lo vemos del otro lado pasa algo parecido: a la banda se la nota cómoda, en confianza, como si estuviesen compartiéndonos un ensayo más. Como en casa, bah.
Esa ecuación de agotar tres fechas y hacer toques chicos en vez de pensar un recital de mayor magnitud, cierra por todos lados.
Ayyy, la con… de la madre
Si hay un momento más a flor de piel que cuando se canta “Luna de Neuquén”, avisen. Sacando José Sabía, Respira, y los clásicos que ya sabemos. Avancemos, muchachos. Para esta ocasión la invitada a cantar con el Enano fue Julieta Rada, dueña de una voz que se las trae. En la segunda estrofa ya se lo veía al Enano movilizado y el que ya conoce lo que pasa cuando se canta esa canción, imaginaba lo que podía venir. “Ayyyy la concha de la madre” largó el Enano, con una mezcla de bronca y risa. Paró de tocar, revoleó la cabeza y se quedó mirando para abajo. “Ya saben cómo es esto” agregó. Luego del -también conocido- abrazo del Cebolla y un par de palabras entre los tres, volvió a comenzar. “Perdón” mediante, volvieron a sonar los primeros acordes. ¿Perdón de qué, Enano? Te apuesto que más de uno se debe haber largado a llorar en ese momento. Perdoná vos a los que no entiendan que de esto también se trata la música, de tener las emociones a flor de piel.
José se pegó una vuelta a capella
Hace casi un año, también, “José Sabía” dejó de estar en las listas. Pero si sabrá de algo la familia velera, es de perseverar. “A José lo dejé en casa” tiraba a veces el Enano en broma, cuando al final de los toques seguían pidiendo por la canción. Y en los últimos meses no hacía falta pedirlo porque el público lo cantaba solo. Los tres Flores no fueron la excepción. La banda avanza, evoluciona, muta. Así también lo hacen sus clásicos y la forma en las que se los mantiene vigentes.
“Pasé a contar mi cuento”
Como queriendo narrar historias. Como pasando a contar su cuento. Arrancando con “Velamen” y cerrando con “Llenos de Magia”. Así La Vela Puerca sumó tres Flores agotados y cargados de emoción a su haber, como ya nos tiene acostumbrados. Queda todavía un poco hilo en el carretel de “Destilar”, y ahí estaremos.
(*) Co-conductora de Abramos la Boca