El dirigente político y sindical, Roberto Digón brindó su mirada sobre el escándalo de espionaje que envuelve al gobierno nacional.
Entrevistado en De Acá para Allá, el diputado nacional – mandato vencido – expresó: “los servicios de inteligencia del país son cómplices de estos personajes como Marcelo D’Alessio, y de los espías de Estados Unidos y de Israel. El juez Padilla es auténtico y honesto y el rol del Congreso de la Nación es correcto. Esto recién comienza. Los servicios se meten en la política nacional como le gusta al propio Mauricio Macri y su familia quienes siempre consiguieron rédito por las escuchas a otras empresas. Ellos espían a los principales dirigentes como hacían en Boca Juniors”.
Mano a mano con los Vidal –Armando y Emiliano- en la Gráfica, Digón hizo hincapié en Boca Juniors, club en el cual ocupó diversos cargos y fue uno de los artífices en la elección que llevó a Mauricio Macri a la presidencia del club en 1995.
Digón expresó: “Gustavo Arribas –actual titular de titular de la Agencia Federal de Inteligencia- es cómplice desde hace tiempo. Jamás fue socio de Boca, venía al club en aquel tiempo como amigo personal de Macri, interviniendo en la compra y venta de futbolistas. Era el testaferro de Mauricio. El 15 por ciento tras la venta internacional de un pase pertenece al jugador y Arribas no lo depositaba en Futbolistas Argentinos Agremiados».
“Boca se transformó en una elite que maneja un partido político. Sus principales directivos pertenecen al PRO. Si algún socio quisiera hacer un reclamo, se comunica con 0800 como si fuera una empresa de servicios de luz o gas. Boca no es más el club del pueblo. Es un comité del PRO. Hoy, el actual secretario general de Boca, hace campaña para ser el próximo presidente con dinero del club. Todo lo paga Boca. Y se utiliza a la barra brava para amedrentar a los hinchas que se expresan contra el presidente Daniel Angelici”.
En cuanto las razones de promover a un ignoto Mauricio Macri para los entonces comicios boquenses del año 1995, Digón señaló que “en ese entonces la conducción de Alegre y Heller era correcta pero no se conseguían triunfos futbolísticos porque ambos enfrentaban a Julio Grondona en la Asociación del Fútbol Argentino. Boca estaba perjudicado y había que modificar algunas políticas. Buscamos un nuevo camino y pensamos en una persona joven, que luego con el tiempo, todo se fue desvirtuando”.
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