Víctor Fernández es uno de los artistas argentinos más importantes de la actualidad. Maestro y artista. Tal vez, uno de los pintores contemporáneos más destacados. Su obra está influida por el barrio de la Boca. Tanto que su taller está a pasos de Caminito. Desde 2014 es Director del Museo de Bellas Artes del Barrio de la Boca.
Invitado a Nuestro Sur, programa de Di Mitrio Inmobiliaria, Víctor Fernández desnudó al artista y el museo en una charla tan amena como interesante.
«Ante todo soy vecino de la Boca, pintor y director del Museo de Bellas Artes de la Boca. No puedo separar estas tres cosas. Vinieron y comenzaron juntas. Me gusta destacar unos hilos mágicos que se manifestan. Me recuerda a Atahualpa Yupanqui cuando decía: Uno está donde debe sin pensar«
«Decidí estudiar y dedicar mi vida al arte visitando la salas del Museo Quinquela Martín. Ni soñaba en trabajar en el museo. Son esos hilos mágicos que nos conducen hacia diversos destinos. Hilos que sólo se ven mirando hacia atrás. Creo que lo mejor es dejarse llevar por lo que la misma obra conlleva. Mirar hacia atrás y darse cuenta que todo fue en son de algo. Hacia algún lado ibamos y que esas cosas que uno hizo sin saber por qué toman sentido»
«No tengo idea hacia donde va mi obra. Los cuadros tienen su propio discurso y destino. Cada cuadro es como el primero. Un camino desafiante. En este momento estoy realizando una mitología del barrio. El alma del barrio a través de sus casas: la del inmigrante, del navegante. En la historia del barrio podes contar la historia del universo. Esos espíritus que anidan en esas casas y que ya no están. Por eso las pinto»
«Los artistas somos una sintesis de lo que fueron otros. Mis orígenes en el arte tienen que ver con los pintores de la Boca. Conocí muchos de esos viejos pintores. Había todo un espíritu en el arte del barrio, un cúmulo de oficio y conocmiento que me brindaron. Después transité por diversas expresiones, porque no continué la línea de ellos, pero si en el espíritu y en la idea del oficio del pintor: la paleta, el modo de tratar la materia y acercarse a la pintura como aquellos viejos pintores«
«Quinquela no era el artista que mas te recomendaban en ámbitos académicos. Son esos artistas que van creciendo con el paso del tiempo. Cada vez que lo conocemos, mas nos sorprenden y mas no marcan. No se deja clasificar y allí está la gran enseñanza de Quinquela: el ejercicio absoluto de la libertad creativa«
«Hay algo que me autoimpuse: no mostrar ni media obra propia en el Museo Quinquela. Cuando haya pasado mi gestión en el museo, pero mientras yo tenga alguna decisión, prefiero no exponer en el Museo»
«Al contrario de lo que pareciera, la gestión en el museo contribuye a esa invisibilización. Desde que estoy a cargo del Museo, no participo más en concursos. TAmpoco puedo exponer en diversos espacios institucionales, por eso me es más sencillo exponer en diversos lugares del mundo«
«Los Portegnomos es una serie que me acompaña hace veinte años. Una serie irreverente. Una mezcla de cíclope y gnomo que va atravesdando diversas circunstancias y paisajes de un tiempo en el cual soñábamos un destino propio. Las raices de nuestra identidad. Con el paso del tiempo inicié un juego: enebrar la vida entera de un Portegnomo transitando frases de Carlos Gardel. Lejos de ser una limitación, era un desafío elegir las letras exactas»
«La primera vez que expuse los Portegnomos fue en Toulouse, tierra donde nació Carlos Gardel. Esa noche la comunidad de Touluse me regaló pasar dos noches en la casa natal de Carlos Gardel. Un gran regalo de los Portegnomos. El año pasado lo presenté en la Academia Nacional de Tango»
«Desde marzo de 2014 soy director del Museo Quinquela Martín. Tengo varias satisfacciones. La más importante fue acercar el Museo a la comunidad. Que el barrio sienta el patrimonio inmaterial del museo como propio»
«Hace dos años sucedió un momento mágico cuando obtuvimos el premio Museo Conectado. Se habían presentando más de setecientos museos de todo el mundo y el Quinquela fue el primer museo argentino en ganar. El premio era intercambio de actividades entre chicos de Tennessee y la Boca. La idea era vincular el patrimonio artistico y cultural con cuestiones ambientales. Los chicos de la Boca viajaron hacia allá y los de Tennesse aquí. Cuando los pibes de allá llegaron al barrio coincidieron con el cumpleaños de Quinquela. Entre las actvidades construyeron una embarcación con botellas descartables. Cuando los chicos de Tennessee, espontaneamente, comenzaron a gritar ¡Quinquela! Fue un instante mágico y espontáneo«
«Quinquela hizo Caminito como una intervención humana: sacó esculturas y con la presencia de color transformó para siempre un área postergada de la Boca. Los mismo hizo cuando intervino el trolebús o su ataud. La Boca es un lugar donde el espacio público es indiscernible con el espacio doméstico. Tiene que ver con la socialización que se dio en la Boca con el patio del conventillo. Lo que pasaba en tu habitación, se extendía al patio y pasaba a la calle. Quinquela sintetizó todo eso: un arte que se comparte en comunidad«
«Con los murales priorizamos los lugares en los círculos turísticos menos priorizados. Por eso los ponemos en Caboto y Aristóbulo del Valle, Avenida Patricios, Catalinas. Que el vecino que sale a comprar pan se encuentre con obras que son parte de su patrimonio cultural»
«El Museo de Bellas Artes de la Boca es un espacio de la memoria del futuro. Nuestra máxima misión es trabajar la apropiación extendida de la comunidad y que se perciba qué, cuando hablamos de patrimonio, hablamos de futuro. No es pasado. Es alentar esa percepción a través de acciones educativas multiplicadas. La percepción de futuro cuando hablas de pasado«.
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