Una noche fue suficiente para que Felipa, una joven apasionada de origen humilde, se enamorase locamente de Juan Antonio, un artista bohemio y seductor que modela el barro con sus manos. Dos personajes bellamente delineados que se deslizan dentro de un caos dramático en un pueblo rural de la década del ‘40. Las costumbres y los mandatos sociales en tensión con las convicciones de una mujer que es dueña de su propia vida.
“Pájaro de Barro” de Samuel Eichelbaum y dirigida por Ana Alvarado es una obra que retoma la tradición del teatro popular argentino y la pone en diálogo con problemáticas actuales. Un narrador en voz y cuerpo conduce la historia. “Lo vestimos como Samuel Eichelbaum joven”, confiesa la directora.
– ¿Cómo surgió la idea de que haya un narrador?
La obra tenía acotaciones que eran muy hermosas, poéticas y que, además, ampliaban. Entraban en el mundo de la pieza. Entonces, para someter a un texto de casi 80 años a procedimientos contemporáneos de teatro, convertí a esa voz en un actor en escena. Mariano Mazzei es quien dice esas acotaciones, pero también se mueve, participa, mira.
– Además el narrador cambia la escenografía
Claro. En lugar de hacer los cambios de acto con oscuro, como se hacían en aquella época, se ve todo. El público ve que armamos y desarmamos la escenografía, que son los propios actores los que mueven el mobiliario escénico.
Mujeres con carácter fuerte e intereses opuestos protagonizan una historia con vuelcos inesperados. El deber ser enfrentándose constantemente con el quiero ser. Un cambio de esposa en un casamiento a conveniencia funciona como la carta de presentación de un personaje envolvente y sumamente romántico.
– ¿A dónde te lleva la obra?
La problemática principal es la de una joven, humilde, que se enamora locamente de alguien que la toma por un día. Típica relación de una época entre dos clases. Lo interesante de la obra es que este personaje toma decisiones muy dignas y fuertes. Una mujer muy joven condenada socialmente a vivir una vida acotada. Sin embargo, ella decide por sí misma y en todo momento. No toma las decisiones que se esperan ni siquiera cuando quieren acomodarle la realidad. La obra es muy conmovedora en ese sentido. Tiene una actualidad muy grande. Es curioso que lo haya escrito un hombre y que lo haya hecho hace más de un siglo.
– ¿Lo decis por el protagonismo de la mujer?
Sí, y por lo que se habla de la mujer y porque la mujer toma decisiones de las cosas que le pasan sin negociar con nada.
Pájaro de barro propone un encuentro entre el pasado y el presente. La escenografía, el puente. El Teatro Regio, de arquitectura imponente, conjugandose con imágenes animadas le aportan dinamismo a una obra que si bien fue pensada en otra época no deja de tener vigencia.
La obra se presenta los jueves, viernes y sábados a las 20.30 y domingos a las 20 en el Teatro Regio (Córdoba 6056)
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