Por Valeria Rodriguez*
El Presidente Mauricio Macri estuvo en la India por una visita oficial donde entre otras cosas acordó cooperar en la lucha contra el terrorismo y firmó una serie de convenios comerciales.
La India, uno de los países más importantes del continente asiático, cuenta con al menos 150 ojivas nucleares y conforma junto a China y Paquistán, el triángulo nuclear, a pesar de ser un país conocido por la lucha pacifista de Mahatma Gandhi, es uno de los países con una creciente carrera armamentística, e incluso en agosto de 2017 se negó a firmar el acuerdo contra las armas nucleares.
Por otra parte, es el país con mayor cantidad de violaciones a los derechos humanos teniendo en cuenta que inclusive se denuncian desapariciones forzadas y torturas además de violaciones a mujeres y niñas.
En 2018 se difundió que cada 25 minutos se registra una denuncia por violación a mujeres, esta cifra lo ubica en el podio de los países más peligrosos para la mujer, pero esto no es todo, en lo que respecta a la mayor violación a los derechos humanos se puede hablar del caso de la región de Jammu y Cachemira, donde la India tiene potestad sobre las fuerzas de seguridad y las comunicaciones.
El caso de Jammu y Cachemira
Esta región cuenta con un conflicto desde 1945 cuando se independizaron lo estados de Paquistán y la India luego del proceso de descolonización e incorporación de elementos occidentales a esta zona asiática.
Cachemira se encuentra ubicada entre Paquistán, China y la India y cuando se dio el proceso descolonizador comenzó la disputa relacionada a que estado se anexaría, después de una fuerte disputa y dos guerras civiles se acordó la administración tripartita, Paquistán administra el norte, China el este y la India el sur, que es la parte más candente que lucha por su independencia.
En 1951 la Onu, incorpora la línea de alto el fuego, que más tarde se denominó línea de control donde puede monitorear exclusivamente la violación de los derechos humanos a través de las denuncias que llegan a ese sector pero no pueden acceder a los datos de la situación concreta de la región sur de Cachemira, más precisamente Jammu y Cachemira que se encuentra bajo la administración de la India.
Según el Artículo 370 Jammu y Cachemira cuenta con una autonomía pero las fuerzas armadas y las comunicaciones están en manos del gobierno de la India.
Justamente este punto es el más polémico ya que permite la impunidad absoluta de las fuerzas de seguridad, sobre todo en lo que respecta a la manipulación de la información ya que las Naciones Unidas no pueden acceder a datos concretos de tales violaciones por fuera de la línea de control que se encuentra en el límite con Pakistán, con lo cual solo se puede acceder a esta información a través de organizaciones no gubernamentales como Amnesty International.
Utilización de las pistolas Pellets
En 2016, las fuerzas de seguridad indias asesinaron a un joven militante de 22 años, Burhan Wani, muy seguido en las redes sociales y tras ese asesinato las manifestaciones se intensificaron cada vez más, el gobierno indio comenzó a utilizar fuertes medidas represivas como la utilización de pistolas Pellets, las cuales según el gobierno de la India son eficaces para mitigar manifestaciones sin utilizar armas de fuego.
Las pistolas pellet a simple vista se trata de pistolas de perdigones y son consideradas como “armas no letales” pero lo cierto es que al ser disparadas a corta distancia pueden causar graves daños e incluso la muerte.
Cuentan con cartuchos con pequeñas bolitas metálicas que al ser disparadas se dispersan rápidamente y es imposible controlarlas, ingresan al cuerpo y en muchos casos quedan alojadas en los órganos o huesos.
Durante las manifestaciones posteriores al asesinato de Wani, se contabilizaron al menos 17 personas habían muerto por disparos de esas armas y más de 1700 fueron heridas de gravedad, ésta modalidad continúa hasta la actualidad, incluso en 2018 se registraron 6221 personas heridas y también la muerte de un niño de 18 meses.
Las secuelas más comunes que pueden verse en Jammu y Cachemira tienen que ver con la ceguera, ya que los disparos en la cara son principalmente a los ojos para conseguir ello, el año pasado, un fotógrafo italiano, Camillo Pasquarelli, realizó una muestra de fotos con habitantes de ésta región que fueron afectados por esas pistolas en las mismas se muestra a la persona y una radiografía donde se ven los daños internos causados por los perdigones.
Tras las denuncias por la utilización de estas pistolas, el gobierno de la India comenzó a fabricar una serie de perdigones plásticos que según sostienen son menos peligrosos que los metálicos pero en realidad son igual de peligrosos y la diferencia es que son imperceptibles en las radiografías.
Cabe destacar que la empresa que fabrica estas municiones es la Indian Ordnance Factory Ammunition Factory, una empresa india con apoyo del mismo gobierno, que fabrica municiones medio y alto calibre, Rockett y explosivos químicos.
No tan distintos
El gobierno de Mauricio Macri anunció en enero de este año, la compra de 300 unidades de pistolas Taser, un arma que al igual que las pellets, se denomina “no letal” pero su utilización en personas con problemas de corazón o neurológicos pueden causar su muerte.
Además, rememoran los tiempos más oscuros de nuestra historia ya que se parecen mucho a una picana eléctrica, básicamente porque generan una descarga eléctrica que paraliza a la persona disparada.
El arma consta de dos electrodos en forma de arpón que al dispararse se clavan en la piel y producen una descarga eléctrica de un cinco segundos provocando la inmovilización de la persona.
Serán utilizadas en los aeropuertos y en las zonas ferroviarias, lo curioso es que el justificativo del secretario de seguridad de la nación, Eugenio Burzaco, es que estas pistolas son eficaces para no usar armas de fuego en grandes aglomeraciones de gente, bastante similar al fundamento del gobierno indio sobre las Pellets.
Después del caso Chocobar, la doctrina de seguridad se recrudeció y las represiones a las manifestaciones son cada vez más reprimidas.
La lucha contra el terrorismo
El terrorismo es central en la agenda internacional, tanto la India como Argentina lo utilizan para justificar su política de seguridad interna y su política internacional, en el caso de la India y principalmente Jammu y Cachemira, el gobierno plantea que existen movimientos terroristas que son independentistas y aducen que son ellos quienes generan la violencia dentro de la sociedad.
Por otro lado, el gobierno argentino intenta por todos los medios demostrar que existen células terroristas en nuestro país, un ejemplo de ello es el ridículo caso de las detenciones a los hermanos Salomón durante noviembre del año pasado, en el marco de la cumbre del g 20.
En este caso se buscó impulsar el pensamiento de que Hezbollah es un movimiento terrorista y que aquellos seguidores del movimiento son posibles terroristas, más tarde se demostró que este caso fue utilizado para mostrar al mundo el encolumnamiento político con los Estados Unidos.
Por su parte, la India, en diciembre del año pasado tuvo una serie de reuniones con el ex secretario de estado, James Mattis, en las cuales se acordó la cooperación militar estratégica de la India.
Argentina anunció con bombos y platillos los acuerdos comerciales con el país asiático que no hacen otra cosa que asegurar la posición antipopular y represiva de nuestro país que cuenta también, con fuertes relaciones con estados terroristas como Arabia Saudita e Israel.
(*) Co-conductora de Feas, Sucias y Malas.